El premio del ascenso a Primera es tan atractivo a nivel deportivo y económico que cualquier concesión, cualquier mínimo error, un detalle no estudiado puede echar por la borda las opciones de unirse al club de los grandes del fútbol español.
Granada y Elche se tenían perfectamente medidos. El campeonato regular dejó datos suficientes como para toparse con alguna sorpresa en la fase final, a doble partido, de la promoción de ascenso. El guión en Los Cármenes fue el que todos esperaban.
Los granadinos buscaron la velocidad en los contragolpes y los ilicitanos, que tuvieron muy presente que el partido de vuelta se disputará el domingo en su estadio, el Martínez Valero, se cubrieron las espaldas y jugaron con un trivote en el centro del campo, como por otra parte ya han hecho en repetidas ocasiones a lo largo de la temporada. Y el protagonista final fue el meta Jaime que paró por dos ocasiones un penalti con repetición que chutó Abel.
La historia fue que por ocasiones —Dani Benítez soñará con el portero Jaime, Orellana todavía lamenta un remate que se escapó fuera, Geijo el toparse con el palo en su vuelta a la actividad y Collantes su chut al larguero—, el Granada pudo comenzar esta final con victoria, pero Jaime logró la machada como «parapenaltis».
