Mirar hacia fuera, hacia lo ajeno, lo que tiene el vecino del quinto o del segundo, siempre ha resultado más fácil que pararse a mirar hacia lo que uno tiene. Un error en el que se repara cuando ya es demasiado tarde. El tesoro que había justo al lado, ya no está. Ha venido el vecino y se lo ha llevado. Después de muchos años, en la cantera del Córdoba hay perlas que se han decidido cultivar en dos colores: el blanco y el verde.
Bernardo Cruz y Fede Vico están felices. Pasan sus días de vacaciones en las playas de Fuengirola y ambos lo disfrutan con una clara idea en la cabeza. «Hemos ganado la primera etapa para llegar a ser profesionales», apuntó el internacional sub 17.
El central cordobés está con «mucha ilusión», así lo hicieron constar a ABC en el día de ayer el propio jugador, su padre y hermano, Fran, también jugador del filial blanquiverde. Bernardo apuntó que su intención siempre ha sido «estar en mi equipo, el Córdoba, y llegar lo más lejos posible». Está más cerca. Sin duda, «voy a aprovechar la oportunidad que me han brindado para aprender de la mano de los profesionales. Ahora tengo que abrir bien los ojos y quedarme con todo lo que me digan», manifestó el canterano.
Con la cabeza bien amueblada pese a su juventud —el próximo mes de julio cumplirá la mayoría de edad—, no quiso dejar pasar la ocasión para agradecer la labor de sus padres en su vida, tanto personal como deportiva. «Mi éxito se lo debo a ellos. Son los que han aguantado todo durante tantos años, sobre todo mis diferentes estados de ánimos», confesando que «cuando algo no me sale bien, me afecta; soy muy competitivo y no me gusta ni que mi primo chico me haga un caño».
Su padre, Bernardo también de nombre, comentó que «ver a tu hijo tan ilusionado es algo que te llena», aunque es cierto que para él hay algo prioritario: «Que elija una carrera y pueda compaginarla con el fútbol, como lo ha hecho hasta ahora». Y es que Bernardo padre sabe que el mundo del fútbol es muy complicado. «Todos esperamos que llegue muy alto, pero nunca se sabe», apostilló.
Finalmente, su hermano Fran —pendiente de continuar en las filas del Córdoba B— ha sabido encajar que el chico de la familia crezca tan rápido. «Es genial que se quede en el club, es una opción que todo cordobesista quiere y desea con ganas». Durante la pasada campaña (y posiblemente en esta venidera), los hermanos Cruz coincidieron en varios encuentros en el filial, lo que supone «un placer y un orgullo» para Fran.
Por su parte, Fede reconoció que «había otras ofertas, pero mi intención siempre ha sido quedarme con los míos». Aunque dice que su sueño ya se cumplió —debutar con el primer equipo—, sabe que «tengo que trabajar mucho en la pretemporada porque sé que no me van a regalar nada» y quiere quedarse para ser pupilo de Paco Jémez. El interior izquierdo expuso que «este año cuenta —el club— más con la cantera, pero es que hay cantera».
La puerta del primer equipo está abierta, sólo falta que ellos llamen para poder pasar, como dijo Jémez.
