Paco Jémez realiza un trabajo específico con los defensas mientras comparte instalaciones con el Cartagena
Día 19/07/2011 - 08.57h
Jémez no está dispuesto a ofrecer tregua alguna a sus futbolistas, que ayer trabajaron en una triple sesión, algo que se estila bastante en las concentraciones de entrenamiento. Sin embargo, el entrenador del Córdoba no siempre se ajustará a esta especie de norma no escrita. Jémez prefiere la intensidad, la optimización. Por eso, habrá días en los que sólo se organicen dos entrenamientos, pero con niveles de exigencia mayores. Sin ir más lejos, hoy.
Pero ayer sí hubo tres y hubo detalles que marcaron la atención. En las tandas de resistencia en el campo de golf, se comprobó quiénes están bien (la mayoría) y quién súper, que responde al nombre de Fede Vico. El canterano, que ya deslumbra con el balón, evidenció que su físico es admirable, corriendo con una facilidad que rozaba el pasmo. Mientras tanto, y muy su a pesar, Fuentes y Hervás se vieron obligados a retirarse por diversos problemas físicos. Al tiempo que el Córdoba iniciaba su proceso de descanso, el Cartagena también hacía su entrada en el complejo hotelero para iniciar el «stage».
Después, llegó la sesión de gimnasio, que coincidió con los rumores de que Sandro Silva meditaba quedarse en Brasil. Muchos no querían dar crédito y hasta se desvelaba un acuerdo firmado con el Málaga, pero lo cierto es que Charles traducía a la prensa los textos de los periódicos brasileños. Obviamente, un problema que añadir al ERE.
Por la tarde, Jémez continuó predicando intensidad en el campo de trabajo. Alternó la teoría de su estilo de juego con las prácticas de situaciones. En especial, él se dedicó a explicar a los defensas lo que quiere de ellos: desde el posicionamiento hasta la maldad. De hecho, no dudó en decirles cómo debía ser el contacto y que «siendo bueno no se va a ningún sitio».
Entre otros, adquirió sus enseñanzas el argentino Miguel Portillo. El central dejó alguna seña de las referencias que hasta el momento han aportado las bases de datos sobre su juego, si bien aún está recuperándose de un maratoniano viaje. Sobre el campo, mostró oficio y dejó un recado en forma de patada. Y es que confesó que «en el momento que me salió la opción de España no dudé. He estado en ligas europeas, pero ésta es la mejor». Incluso mostró su conformidad en que su examinador sea Paco Jémez, un internacional: «el entrenador podrá sacar conclusiones sobre mí sólo con verme andar». Así que ya sabe que ya acapara muchas miradas en la concentración.
Por cierto, que en el entrenamiento vespertino, que casi duró dos horas, hubo cruce con el Cartagena, que se ejercitaba a muy pocos metros. Intercambiaron saludos y recuerdos hasta para Raúl Navas por parte de un albinegro que no sabía lo del ERE.



