El precio de la uva no ha subido y algunos han perdido el 60% de la cosecha por el Mildiu
Día 12/09/2011 - 10.25h
Los viticultores del marco Montilla-Moriles, en la provincia cordobesa, califican la vendimia de este año como «un poco desastrosa» debido a las pérdidas de hasta cinco millones de euros en los ingresos, como consecuencia del ataque en primavera del Mildiu y los bajos precios a los que se paga el kilo de uva, con un tope de 28 céntimos. En declaraciones a Europa Press, el presidente de la sectorial del vino de Asaja, Juan Manuel Centella, explicó que la «merma» en la cosecha de un 30 por ciento respecto a 2010, con 45 millones de kilos recolectados, y unos precios que «no se han movido desde el año pasado», no es «para nada positiva», por lo que a los agricultores le supondrá una reducción «muy importante» en sus ingresos del 35 por ciento generalizado. Es por ello que consideró que esta cifra «los mete en una mayor ruina de la que tienen» y a tal efecto, agrega, «nos preocupa mucho la situación que al haber tan poca uva esperábamos un incremento del precio, no se ha producido y además estamos al contrario del resto de España, donde sí se sube de manera importante». Al respecto, el representante de los viticultores explicó que el año pasado se ingresaron 18 millones de euros de los 62 millones de kilos de uva y este año la previsión es inferior a los 14 millones de euros por los 45 millones de kilos de la cosecha.
De igual modo, achacó la situación al «ataque de Mildiu que padecimos en abril y mayo, que a muchos agricultores les ha dejado sin cosecha y otros la han mantenido en parte, pero la pérdida de cosecha es del 50 y 60 por ciento para algunos agricultores que lo van a pasar muy mal». No obstante, detalló que «el cultivo de la vid en Córdoba no supone el ingreso total de un agricultor, pues, también tiene olivar y otros cultivos, pero sí requiere de un importante esfuerzo de mano de obra y estar muy pendiente durante todo el año», por lo que «a la hora de la recolección encontrarse con una merma así supone desesperanza para el agricultor».
Respecto al número de trabajadores para la campaña de la vendimia, ya en su fase final, aclaró que «son explotaciones familiares, por lo tanto la mano de obra externa aunque es importante, no es muy significativa», dado que «toda la familia va a la recolección y establecer cifras es complicado al ser jornales familiares».
