El miedo se está tornando en psicosis entre los profesionales del sector de la joyería. Los últimos atracos perpetrados en talleres y tiendas de la capital han puesto en alerta a estos profesionales, que viven con el temor de convertirse en las próximas víctimas.
Así lo puso de manifiesto el presidente de la comisión de seguridad de la Asociación Provincial de Joyeros, Rodolfo Serván, que aseguró que «nunca habíamos vivido una oleada de robos tan insistente» y aseguró que «es más que probable que pasen más cosas. La situación está como para echarse a temblar».
Serván informó de que el sector mantiene reuniones periódicas con la Policía, «que está trabajando duramente para dar con los delincuentes»; no obstante, aseguró que «pese a ser unos magníficos profesionales, resultan insuficientes; cada vez hay un mayor número de delincuentes especializados en este tipo de asaltos; por ello, la prevención debe ser tajante y determinante», consideró.
El también corredor de seguros criticó que, aunque los contactos con el Cuerpo no se han suspendido, «sí es cierto que ahora nos encontramos en una dimensión inferior; es decir, antes nos atendían personalmente los máximos responsables policiales. Ahora, eso ya no pasa».
A pesar de todo, «vamos a hacer todo lo posible para frenar los atracos como sea; no podemos permitir que más joyeros lo pierdan todo».
En la misma línea se pronunció el presidente del Parque Joyero, Antonio Barbudo, que, si bien puso por delante su «absoluto convencimiento de que las Fuerzas de Seguridad del Estado hacen su trabajo de la mejor manera y con la mayor profesionalidad», advirtió que «eso no quita que pidamos un mayor esfuerzo a todas las personas y estamentos implicados en esta materia. Los empresarios también hacemos un mayor esfuerzo y estamos más alerta en estas situaciones».
En apenas tres meses, se han registrado ya siete asaltos a establecimientos de joyería, y en tres casos los ladrones consiguieron saquear los negocios.
Por ello, el presidente de la Asociación Provincial de Joyeros, Manuel Berral, aseguró que va a solicitar una reunión con el subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, y debatir las medidas que se están adoptando para hacer frente a estos delitos.
«Muchas familias, porque la mayor parte de estos negocios son familiares, se están quedando en la ruina. Tienen que empezar de cero y, aunque cuentan con el apoyo del sector, es muy duro e injusto que pase esto», se lamentó Berral.
Los casos en los que los ladrones han conseguido escapar con suculentos botines han sido el de la joyería Alfaros, la relojería Suiza y un taller en Cañero.
Caso por caso
El primero se produjo hace dos meses, en el establecimiento ubicado en la calle Isaac Peral. Los ladrones desactivaron todas las medidas de seguridad del establecimiento y desvalijaron la caja fuerte acorazada. Uno de ellos se hizo pasar por un empleado de una compañía telefónica y pidió revisar la instalación del local. Accedió, de este modo, a los cables y cortó la conexión a la alarma, lo que facilitó que sus compañeros pudieran «trabajar» a sus anchas.
La segunda tienda atracada fue la Relojería Suiza, en Claudio Marcelo, el 21 de septiembre. Los delincuentes practicaron un butrón en la pared colindante a las instalaciones de los almacenes C&A, abandonados desde hace años, para entrar en el local y llevarse piezas de plata, oro y relojes de marca.
El último robo consumado tuvo lugar el pasado lunes, en un taller de joyería de Cañero. En este caso, los asaltantes esperaron en el interior de una furgoneta a que llegara el comercial con la mercancía. En el momento en el que el propietario del negocio abrió la puerta a su empleado, los ladrones los abordaron con pistolas, y los amordazaron en el interior de la casa.
Se llevaron diez maletas de oro y plata, además de todo el género que había guardado en la caja fuerte. En éste, como en el resto de los casos, nadie vio nada. La Policía todavía no ha practicado ninguna detención.



