Si el jueves el objetivo del equipo de investigación que busca a Ruth y José —los menores desaparecidos hace casi un mes en Córdoba— se centró en un cobertizo de la parcela de Las Quemadillas, ayer fue la propia casa de la finca el foco en el que los agentes pusieron su mira. No obstante, los registros concluyeron, una vez más, sin éxito alguno.
A las 8.30 horas, efectivos de la Policía Científica llegados desde Sevilla y de la comisaría cordobesa, en colaboración con miembros de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) Central, reanudaron las labores de rastreo en el inmueble propiedad de los abuelos paternos de los dos niños. Con ellos estuvieron presentes en todo momento el padre de los críos y principal sospechoso de su desaparición, José Bretón, acompañado siempre por su representante legal, José María Sánchez de Puerta.
Tal y como hicieron la jornada anterior, los agentes abrieron suelos, perforaron paredes y escudriñaron techos esperando encontrar los cuerpos de los pequeños. Incluso volvieron a utilizar el geo-radar. Sin embargo, las ocho horas y media de búsqueda resultaron infructuosas.
Sánchez de Puerta confirmó que los efectivos «peinaron» todas y cada una de las estancias de la vivienda. La casa tiene seis habitaciones y dos cuartos de baño en la planta de arriba; y otras cinco, la cocina y dos baños en la de abajo. «Lo han mirado absolutamente todo y el resultado ha sido negativo», manifestó el letrado.
Según ha podido saber ABC, el equipo policial no se dejó ni un sólo rincón sin inspeccionar y para ello se valió de equipos como microcámaras para «ver» en los falsos techos.
Él abogado de Bretón aseguró que «en ningún momento» su cliente se mostró impasible o desinteresado. «Lo está pasando muy mal porque está preocupado por sus hijos; ha llorado, al menos, cinco o seis veces durante los registros», indicó.
El martes se cumplirá un mes desde que Ruth y José desaparecieron. La última persona que estuvo con ellos fue su padre que, según su versión, los perdió en el Parque Cruz Conde.
