Este año el 22 de diciembre no ha sido el día de la salud ni en Villa del Río ni en Baena. Fue una jornada de alegría, porque porque este año el sorteo de la Lotería de Navidad sí se acordó de estos dos municipios. Ahora bien, fue a la localidad villarrense a los que más les sonrió la fortuna, ya que les visitó el Gordo, dejándoles 1,2 millones, concentrados en la familia García Moyano. Padre e hijo, José, de 62 años y Antonio, de 33, respectivamente, trajeron desde Huesca a su hogar dos décimos del número 58.268, el primer premio. Eso supone un total de 800.000 euros.
Hace meses, José García había dicho a sus dos hijos, Antonio y José, que quería comprar un número acabado en 286, «estuviese donde estuviese», recordaba ayer. Incluso, su hijo José, ingeniero, instalado en Barcelona, había buscado por Internet el destino de esta terminación. Sin embargo, el destino les iba a hacer un guiño. Padre e hijo trabajan descargando traviesas de vía, como operarios de la empresa Vías y Renovación. Y la suerte quiso que esta firma los destinara, antes del sorteo, a Grañén (Huesca). En la semana que estuvieron en este municipio, no dudaron en ir a la administración de lotería para comprar el número deseado de su padre. Antonio adquirió dos décimos. Uno para él, y el otro se lo regaló a Estrella Relaño, la abuela de su mujer.
Ayer, Antonio, estaba en el restaurante «Cuatro caminos» de Villa del Río. Sus dos hijos, de 3 y 6 años, en el colegio, mientras su mujer, trabajaba en la recogida de aceituna. Cuando tomaba «una copa y veía el sorteo por la tele», escuchó el número y el lugar donde fue vendido, «y me sonaba, la verdad, pero el décimo lo tenía mi padre». Escasos minutos más tarde, su padre se acercó al bar, «y sin decir nada, porque ya sabía a qué venía, nos fundimos en un abrazo», y todos se acercaron a felicitarles. Luego, fue a recoger a su mujer, que dejó de trabajar, comenzando una rueda de felicitaciones de familiares, amigos...
Poco después de confirmar su premio, el padre depositó el décimo ganador en una oficina de Cajasur: «No quería sorpresas o que se perdiera el décimo», dijo. Una parte de los 400.000 euros de Antonio irá a saldar un crédito de 90.000, que sus padres, José y Antonia, tuvieron que solicitar para poner en marcha, hace seis años, una empresa de muebles, que quebró, y aún soporta esa deuda.
El dinero restante «será para comprar una casa, donde hacer borrón y cuenta nueva», dijo Antonio, ante su mujer, feliz, entre lágrimas.
Por su parte, Estrella Relaño, poseedora de otro décimo premiado, aseguraba radiante que, «los voy a repartir entre mis cuatro hijos».
Y el tercer boleto del Gordo correspondió a Manuel Berejano Rojas, un joven camionero, natural del mismo municipio, que también adquirió un décimo cuando estuvo trabajando para Vías y Renovación en Grañén.
Según Antonio, «podrían ser alguno más los premiados en Villa del Río», ya que otros trabajadores, también habrían comprado este mismo número premiado.
Y a Baena le correspondió un pellizco importante del tercer premio, el 02.184. En total, fueron 500.000 euros. Lo vendió Asunción Trujillo, lotera de la administración número uno de Baena, que estaba «muy feliz, contentísima». El número llegó a su administración «de casualidad» y lo vendió «íntegramente en ventanilla, diez décimos con 50.000 euros cada uno». No sabe si todos los décimos los ha vendido a vecinos de la localidad porque «tengo muchos clientes de los alrededores y también he vendido a muchos forasteros» señalaba.
Dos premiados de Baena
A última hora de la tarde, Asunción confirmó a ABC que dos de los diez décimos sí se quedaron en Baena: «Uno ha sido para un barrendero y otro para un hombre que estaba trabajando en el campo y a mediodía me ha llamado para decírmelo». Y la administración de Asunción Trujillo se llevó alguna alegría más. De allí, también han salido los números de la Hermandad del Sepulcro, que ha repartido 30.000 euros, o el del equipo Atlético Baenense, agraciado con 24.000. No es la primera vez que esta administración da un premio importante en este sorteo. En 1989, la madre de Asunción entregó parte de un quinto premio, dotado con 600.000 pesetas de la época (3.606 euros).
