El desarrollo de los congresos provinciales del PSOE para elegir a los delegados que acudirán al cónclave federal de febrero en Sevilla culminó ayer con el que se celebró en Málaga, donde, al igual que otras tres provincias, se presentaron dos listas y venció la oficialista, afín a la dirección regional. Sin embargo, el balance de este proceso en todas las provincias ofrece un resultado que difícilmente puede satisfacer al secretario general, José Antonio Griñán.
El presidente de la Junta no ha conseguido, como le hubiera gustado, llevar una única voz al cónclave federal, articulada en torno a las preferencias que mostrara la dirección andaluza una vez que rompa la «neutralidad activa» que ha proclamado en este proceso y que sólo ha cumplido en sus declaraciones oficiales. Los posicionamientos y presiones extraoficiales del entorno de Griñán en favor de Carme Chacón han fracturado al PSOE andaluz, especialmente, en las provincias en las que han concurrido dos listas, pero también en otras donde el partido se ha roto en congresos tan duros como el del sábado en Sevilla. En este Griñán forzó que se pactara una lista única de delegados, la única opción que podía asumir como secretario general para ir como delegado al congreso federal, pero a costa de fracturar la provincia y evidenciar las debilidades en el poder que ejerce su ejecutiva, donde es una pieza clave la secretaria de Organización, Susana Díaz. Y es que todo este proceso se ha revelado como un reflejo de la autoridad de Griñán en el PSOE-A, que en estos momentos dista de ser la de su predecesor Manuel Chaves.
Las preferencias por Chacón que traslucía el presidente polarizaron en varias provincias a los críticos con su gestión en el partido en un lado y a los sectores que le apoyan en otro. Los primeros se han alineado todos en favor de Alfredo Pérez Rubalcaba, mientras que los segundos lo han hecho por la dirigente catalana. En estos posicionamientos hay matices, tal como se pudo comprobar en Málaga, Almería y Córdoba donde en ambas listas hay partidarios de unos y otros. Aunque en otras provincias, como Cádiz y Sevilla, los delegados de los sectores críticos han apostado todos por Rubalcaba.
Pugnas de cara al 25-M
Ahora es difícil saber quién lleva ventaja en Andalucía —el voto de los delegados es individual y secreto—, máxime cuando tanto Rubalcaba como Chacón afirman tener la mayoría de los 234 delegados andaluces a su favor. Desde el sector crítico se insiste en que gana Rubalcaba, por cuanto en las candidaturas pro Chacón hay «rubalcabistas» como el caso de María Gámez en Málaga, frente a los delegados críticos de Sevilla y Cádiz, todos a favor del aquel.
Pero esta pugna entre los aspirantes a la secretaría general del PSOE es secundario en todo este proceso, son sólo la superficie. Los conflictos en las provincias mencionadas, a los que hay que sumar los de Málaga, muestran la fractura abierta en el PSOE-A y las luchas de poder por posicionarse en el escenario que se abrirá tras las elecciones andaluzas —todas las encuestas dan la victoria al PP—, algo que se vio en el cónclave de Sevilla mejor que en ningún otro. A ello hay que sumar que en Jaén, la provincia que controla Gaspar Zarrías, apostó ayer claramente en una única lista por Rubalcaba, el preferido de otros dirigentes históricos, como Luis Pizarro, vinculados a Chaves.
La división que enfrenta a oficialistas y críticos también se reprodujo en la provincia de Málaga, que celebró ayer su congreso y donde su secretario general, Miguel Ángel Heredia, ha sido muy cuestionado en la provincia por el sector crítico. Por ello, estaba cantado que al cónclave se presentaran dos listas. Se impuso la del secretario general, logrando 22 delegados (el 67,8% de los votos), mientras que el movimiento «Socialistas Hoy» logró 10 representantes. Los dos bandos mostraron su apoyo a Griñán y pidieron trabajar para ganar las elecciones autonómicas, aunque el resultado evidencia la fractura interna en la provincia.
La consecuencia inmediata del recuento es que la presidenta del PSOE-A, Rosa Torres, como se esperaba, se quedó fuera del congreso federal, por ocupar el penúltimo puesto de la lista oficial, elaborada por orden alfabético. Que hubiera quedado relegada a ese puesto era ayer la comidilla de muchos grupos, al igual que el criterio para confeccionarla.
Heredia, que irá como delegado, defendió que ha sido el utilizado en las últimas ocasiones. Junto a él también concurren Magdalena Álvarez y el consejero Luciano Alonso, que no se han decantado públicamente por ningún candidato. Varias fuentes señalan, sin embargo, que hay más partidarios de Chacón en la lista que de Rubalcaba. Los delegados críticos son más plurales, aunque la mayoría apoyaría al ex vicepresidente.
