Una avalancha humana se echó a la calle ayer por la tarde en 40 ciudadades españoles para exigir «una Justicia justa» y para arropar, apoyar y acompañar a los padres de Marta del Castillo que encabezaron en Sevilla una manifestación a la que acudieron 40.000 personas, según los cálculos que realizó la Policía Nacional al finalizar la marcha. Junto a ellos, estuvieron otros familiares de la joven y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. La manifestación comenzó en la Plaza Nueva y finalizó frente al Palacio de Justicia donde la coordinadora de la Plataforma Marta del Castillo leyó un manifiesto. Sevilla levantó la voz, alta y clara. Miles de personas llevaron su indignación a la calle para exigir cambios en el Código penal y en la Ley del Menor. Muchos portaron velas blancas, como en el resto de ciudades que se unieron a la convocatoria en homenaje a la joven sevillana en el tercer aniversario de su desaparición.
A las 17.30 horas los gritos se oían desde los alrededores de la plaza Nueva donde había ya un gran número de gente concentrada. «Asesinos a la cárcel», «Justicia para Marta», «¿Dónde está el cuerpo?», «Esta Justicia, no es justa», «El pueblo soberano pide Justicia», los gritos sonaban rotundos en medio de una plaza llena de indignación a la que cada vez iba llegando más y más gente. La sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla que condena a Miguel Carcaño a 20 años de cárcel y absuelve al resto de los acusados ha dejado en la ciudadanía un sabor a impotencia que marcó la protesta durante toda la tarde.
Los padres de Marta quisieron homenajear a todos los que están luchando
Clamor y lamento
La calle fue tajante y cerró filas en contra de una decisión judicial que no comprende ni comparte. «Menos favores y más Justicia», «De los españoles, que no se rían», «Jueces y abogados, estáis equivocados», «Juez si tuvieras una hija tú que harías», «Si Marta no está, qué hacen en la calle», «Esta Justicia, no la queremos», sonaban entre el clamor y el lamento las voces de sevillanos venidos de todos los barrios de la ciudad, de pueblos de los alrededores e incluso de otras ciudades. «Esta es la palabra del pueblo, a ver si la escucha ahora quien la tiene que escuchar», aseguraba Antonio al que acompañaron también Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, y la madre de Sandra Palo.
Al llegar al Prado de San Sebastián, Antonia López, coordinadora de la Plataforma, leyó un manifiesto en el que agradeció el apoyo recibido tanto en Sevilla como en toda España. López lamentó que «los padres de Marta no sólo tienen que sufrir por la pérdida de su hija, también porque estos indeseables no les dicen dónde está el cuerpo y nadie ha sido capaz de sacárselo». A esto se suma, según dijo, «el revés de la Justicia que los desampara y da más derechos a los criminales». Además criticó la consideración de los testigos, pruebas y confesiones, recogida en la sentencia que calificó como «decepcionante, una vergüenza». López, que terminó su intervención con unas palabras para Marta y dijo que aún conservan la esperanza de que aparezca, preguntaba retóricamente «¿Cúantas Martas del Castillo tienen que morir para que se cambie la Ley? ¿Qué tipo de Justicia nos ampara si sale tan barato matar y encubrir en España?». También dedicó unas palabras muy agradecido el abuelo, José Antonio Casanueva, al que la gente gritaba «Abuelo coraje», que tuvo una mención para «la encomiable labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad».
Para terminar, los padres de Marta, a los que casi no les salían las palabras, agradecieron el apoyo y quisieron homenajear a todos los que están luchando por encontrar a su hija. Antonio, mostró su esperanza de que «quede un mensaje en el aire de que se va a cambiar la ley» y dijo a los que trabajan en el Palacio de Justicia que «hay que distinguir siempre entre el bien y el mal, entre los buenos y los malos». La gente sentenció: «Marta del Castillo, Sevillla está contigo».
