En Andalucía hay tres: Sevilla, el Alto Guadiato de Córdoba y Fuente de Piedra
Día 06/02/2012
La Consejería de Medio Ambiente acumula un retraso de más de cuatro meses en el pago a los agricultores que participan en el proyecto Life de Aves Esteparias, a los que debe alrededor de un millón de euros que se debían de haber pagado como muy tarde el pasado mes de octubre. Tan sólo en la ZEPA (Zona Especial de Protección de las Aves Esteparias) de la Campiña de Sevilla, la deuda que mantiene la administración andaluza con los agricultores es de más de medio millón de euros, pues tan sólo han abonado las cantidades correspondientes a 19 de los 67 propietarios de fincas que firmaron el convenio de participación en el proyecto, según el técnico de Asaja Sevilla, José Fernando Robles. «Una vez más —asegura Robles— son los agricultores los que deben soportar el mayor peso en la conservación de los hábitats de estas aves amenazadas».
En Andalucía hay tres ZEPA, que abarcan unas 35.000 hectáreas: la citada de Sevilla, otra en el Alto Guadiato de Córdoba y la tercera, en las Lagunas de Fuente de Piedra y de Campillos en Málaga. El retraso en los pagos es un problema que afecta a los agricultores de las tres zonas.
Este proyecto fue muy difundido por la Consejería de Medio Ambiente en cuanto que se trata del primer proyecto europeo sobre Conservación de Aves Esteparias en Andalucía. Según afirmó la Junta en su día cuenta con un presupuesto de 8.636.466 euros, financiado en un 54,68% por la Comisión Europea. Durante los cuatro años de duración (2010-2013) se trataba de poner en marcha una serie de medidas para mejorar la situación en la que se encuentran las aves esteparias en las que se centra el proyecto: avutarda, sisón, cernícalo primilla, aguilucho cenizo, alcaraván común, canastera, ganga ortega y carraca europea.
Un alto coste
Para conseguir estos objetivos, Medio Ambiente recabó la colaboración de los agricultores de la zona, con muchos de los cuales ha firmado convenios de distinto tipo, pero que según el técnico de Asaja, vienen a tener como denominador común el hecho de que los agricultores invierten dinero en setos o en cubiertas vegetales, por una parte, y por otra se comprometen a sembrar cereales y oleaginosas en determinadas parcelas para dejarlos en el campo sin cosechar, fomentando así el que las aves esteparias cuenten con alimentos suficientes.
Evidentemente estas inversiones, así como los granos sembrados y no cosechados debían ser pagadas por la Junta de Andalucía en un plazo razonables.
Y es lo que no se ha producido. Según explica José Fernando Robles, a estas alturas cunde la preocupación entre los agricultores que han invertido mucho dinero en tiempos de crisis y hasta ahora no han recibido el pago acordado.
