El simple hecho de cobrar los honorarios para un abogado en Córdoba es una auténtica «misión imposible». Los notarios cifran en un 80 por ciento el descenso de la actividad en los sectores inmobiliario y financiero mientras los ingenieros técnicos no reciben encargos cartográficos de la Junta de Andalucía desde hace dos años. Éste es el panorama al que se enfrentan cada día profesionales liberales como abogados, agentes de la propiedad, notarios, ingenieros, médicos, farmacéuticos o veterinarios en Córdoba azotados por la crisis. La pirámide económica se derrumba si se tiene en cuenta que el sector inmobiliario ha caído fulminantemente.
El presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Córdoba, Antonio Merinas, cree que las pérdidas son «incalculables para un sector determinado, pues en la economía existen interacciones entre los distintos sectores». Sin embargo, apostilla que «es bien es sabido que a quien ha podido afectar más a sido al de la construcción».
El pulso a la sociedad lo toman cada día los notarios, quienes no son ajenos a la crisis. El decano del Colegio de Notarios de Córdoba, Fernando Garí, se remite a las informaciones que da el Consejo General del Notariado, que cifra que la actividad notarial desde 2007 ha descendido en los sectores inmobiliarios y financiero en un 80 por ciento y en el sector empresarial en más de un 50 por ciento. De ahí que Garí asegure que los notarios hacen «un gran esfuerzo profesional y humano para que la crisis afecte lo menos posible a nuestra plantilla, y, por su puesto, a la calidad de nuestros servicios».
Donde más se ha detectado la bajada de honorarios en notarías ha sido en la firma de hipotecas o compraventas, mientras que asuntos bonificados socialmente como testamentos —que tiene un coste de unos 38 euros— o apoderamientos han descendido en menor medida. Lo que sí han notado es que «los ciudadanos acuden a nosotros a pedirnos consejo, asesoramiento, necesitan que les dediquemos más tiempo. Ahora por tanto, nuestro trabajo es más difícil y tiene un mayor coste personal», asegura el decano del órgano colegial.
Los abogados no lo tienen más fácil. El decano del Colegio Oficial de Abogados de Córdoba, José Luis Garrido, estima que los despachos de abogados de la provincia de Córdoba han perdido hasta un 40 por ciento de los ingresos que venían recibiendo años anteriores. El panorama al que se enfrenta la Abogacía en Córdoba no difiere mucho del de otros profesionales liberales, asegura. El caso es que actualmente existe mayor litigiosidad debido a la crisis económica, sobre todo en lo Mercantil, sin embargo, ahora se encuentran con muchas más dificultades para cobrar sus honorarios. Ello provoca que los despachos hayan tenido que reajustar su presupuesto de gastos fijos.
Gigante con pies de barro
Cuenta de la difícil situación por la caída del sector inmobiliario da el presidente delegado del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Topográficos, Manuel Castro, quien cifra en un 15 por ciento el paro no oficial por tratarse de autónomos que continúan pagando a la Seguridad Social pese a tener meses en que no facturan un solo euro. Un sector que no sufrió paro ni en la última crisis del año 1993. Las bajas que llegan al Colegio de Ingenieros Técnicos lo son por «motivos económicos», asegura Castro. Tanto es así que el órgano colegial rebaja las cuotas trimestrales a parados y las reduce a coste cero para aquellos que han agotado todas las prestaciones. Éste es el resultado de un sector que se apoya directamente en la obra civil y edificiación con proyectos de carácter público, de obra civil donde también la inversión ha bajado tanto a nivel autonómico como estatal. El presidente de los ingenieros técnicos asegura que «las compra ventas y las actualizaciones catastrales han bajado, y no nos requieren tanto para valoraciones, certificaciones catastrales».
La única salida que les queda a estos profesionales de la topografía de obra es diversificarse en otros campos que hasta ahora estaban aparcados, «como el catastro, la propiedad en sí», reconoce Castro.
El colegio intenta hacer hincapié en este tema. Y es que la actividad ha podido caer hasta un 70 por ciento. La producción cartográfica ha quedado casi residual.
La Junta de Andalucía era la que más trabajo encargaba y ha dejado prácticamente sin partida presupuestaria este capítulo desde 2010. Esta situación ha provocado que algunos ingenieros cordobeses hayan decidido ir a Alemania o Marruecos con empresas españolas.
Azote al sector sanitario
La crisis «afecta a todos, al farmacéutico como un español más», señala el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, Práxedes Cruz, que cree que al menos las administraciones ya se han percatado de la situación de «supervivencia» del sector farmacéutico, primer paso, asegura, para ponerle freno. Los despidos en las oficinas farmacéuticas aún no han llegado pero sí la flexibilización de jornadas, reducción horaria y puerta cerrada a las contrataciones en los dos últimos años, reconoce Cruz.
Un extremo en el que coincide el presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, Cesáreo García Poyatos, quien asegura que pese a todo, «al médico le corresponde desde su ética profesional y social hacerse partícipe de la solución que las consecuencias de la crisis está provocando en nuestras instituciones sanitarias, pero, sobre todo, le toca gestionar y responder a las necesidades de salud de los ciudadanos, y muy especialmente de los más enfermos, más desfavorecidos, más débiles y menos informados». «La crisis hace que los recursos sean menos y por ejemplo, nuestros MIR sean requeridos por toda Europa por su gran valía profesional», afirma. Algo que también les ocurre a los veterinarios cordobeses, que llevan años trabajando en Reino Unido no solo porque ahora haya más dificultades.
El sector padece la crisis y la capea como mejor puede, con el autoempleo ante la falta de oferta de empleo pública. El decano del Colegio Oficial de Veterinarios de Córdoba, Antonio Amorrich, cree que es un sector que ha notado la crisis pero que no se ha traducido de momento en el cierre de clínicas veterinarias. En este caso, ocurre lo contrario, asegura Amarrich, «los jóvenes que no encuentran otra salida como opositar a una plaza pública porque no se convocan optan por abrir una clínica. El problema puede darse en breve cuando el sector se resienta ante una mayor oferta y una demanda que ha subido poco».




