Nieto, que avanzó en relación a las autonómicas de 2008, sólo ganó 9 en pueblos
Día 27/03/2012 - 09.55h
¿Qué le ha pasado al Partido Popular para desandar una parte importante del camino que conquistó en núcleos de población claves de la provincia en las elecciones generales de noviembre de 2011? ¿Por qué ha perdido fuelle el pie en la pared que le puso hace apenas cuatro meses al poder que atesora el PSOE en decenas de municipios y que parecía que comenzaba a agrietarse? Que los cimientos socialistas en la provincia siguen siendo más que sólidos, que fisuras de calibre en su estructura hay las justitas, es una de las principales conclusiones que hay que sacar de las elecciones de hace dos días, las primeras autonómicas en las que el PP ha sido la fuerza más respaldada en Córdoba al conseguir el 39,7 por ciento de los votos. En las anteriores, celebradas en 2008, el partido estuvo dos puntos porcentuales por debajo de esa marca, que a la postre ha sido insuficiente para aumentar la representación en el Parlamento andaluz —que sigue siendo de cinco diputados—.
Cierto es que, en abstracto, el balance respecto a los comicios regionales de hace cuatro años es positivo. Prueba de ello es que el PP ha logrado más porcentaje de sufragios en 61 de los 75 municipios de la provincia. Pero hasta ahí llegan las buenas noticias, porque las marcas con las que se medía el equipo del presidente provincial de la formación no eran las de las autonómicas de 2008, sino las cosechadas en las generales de 2011, que hicieron albergar el espejismo de que la barrera del PSOE, y de la izquierda en general, era flanqueable. Que su poder en la Córdoba rural iba a tener un fin. El domingo quedó claro que, de haberlo, ese fin no está próximo.
La razón de más peso que merma el empuje del PP en la provincia es que el partido ha perdido en sólo cuatro meses 41.166 votos, que son los que van de los logrados en las generales del pasado noviembre a las autonómicas que le han cortado las alas al empeño de Javier Arenas de ser el presidente de la Junta de Andalucía. De estos 41.166 votos, 11.000 se han perdido en la capital. En términos porcentuales, el respaldo al PP ha sufrido una reducción bastante gráfica, puesto que ha pasado del 44,6 por ciento en las generales de noviembre al 39,7 por ciento de hace dos días. La pérdida de votos en la provincia se produjo el domingo en una tesitura de una participación muy moderada, que fue del 66,5 por ciento, la segunda más baja en unas autonómicas en Córdoba sólo por delante de la registrada en 1990. Así, en las urnas de los colegios electorales de la provincia se contabilizaron el domingo 48.432 votos menos que en las generales de hace cuatro meses. Otro dato para la reflexión es que el PP ganó el domingo sólo en de los 75 municipios de la provincia, cuando en noviembre lo hizo en 2. Así, los populares sólo retuvieron, además de la capital, Cabra, Lucena, Añora, Dos Torres, Hinojosa, El Carpio, San Sebastián de los Ballesteros y Villanueva del Duque. En todas estas localidades, empero, el margen de distancia respecto al PSOE fue hace dos días menor que en noviembre. Basta con estudiar los datos de los resultados de Lucena, donde el PP sacó en las autonómicas 3.277 votos menos que en las generales de hace cuatro meses a pesar de que sigue siendo la fuerza más votada con el 45,5 por ciento de los sufragios. Estos votos que perdieron los populares migraron de un modo mayoritario a Izquierda Unida, pues el PSOE apenas varió en número de sufragios.
Este fenómeno de que las papeletas que dejaron de ir al casillero de Javier Arenas fueran a parar a IU es una constante en los municipios medios de la provincia. Otro ejemplo: en Cabra el PP dejó escapar el domingo 1.200 votos y pasó de tener el 44,5 de la representación al 39,4 por ciento de ella; mientras tanto, el PSOE subió tres puntos porcentuales su respaldo ciudadano al tiempo que Izquierda Unida pasó del 5,9 por ciento al 8,4. Esta misma tendencia es evidente también en Montilla, donde el PP se dejó 1.100 votos, y en Puente Genil, donde el dominio del PSOE sigue siendo una constante después de que los populares restaran 1.500 sufragios ante el crecimiento de Izquierda Unida. En Pozoblanco, por contra, el Partido Popular sí logró mantenerse en sus trece y sólo perdió 600 votos.



