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Lo que las palabras esconden

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La próxima semana será clave en el caso de la desaparición de los niños. El juez tomará declaración a Bretón, Ruth Ortiz y sus familias para contrastar sus testimonios con los indicios recabados sobre lo que pasó el 8 de octubre

Día 29/04/2012 - 10.56h

La instrucción policial ha concluido. Después de más de seis meses exprimiendo cada indicio, siguiendo todas las líneas de investigación posibles, no quedan nuevas diligencias de indagación que practicar en el caso de la desaparición de Ruth y José. Y aunque los agentes volverán a buscar en la finca de Las Quemadillas, todos los informes habidos ya están en manos del juez, José Luis Rodríguez Lainz, que, llegado a este punto, deberá definir y argumentar de forma definitiva los cargos que imputa al, hasta ahora, único sospechoso, José Bretón, el padre de los menores.

Para ello, debe encajar todas las piezas para lo que necesita, una vez más, volver a escuchar a los coprotagonistas de esta tragedia, al progenitor, a la madre de los hermanos, Ruth Ortiz, y a familiares de ambos. El objetivo no es otro que contrastar los datos recogidos con sus declaraciones y averiguar qué fue lo que realmente pasó el 8 de octubre de 2011.

La ronda de comparecencias comenzarán el próximo miércoles y las abrirá Bretón en calidad de imputado. Como testigos declararán sus padres, Antonia y Bartolomé, y su hermano Rafael. También se citará al agente de la Policía Nacional que acompañó al progenitor hasta el lugar donde aparcó su coche la tarde de autos en la calle Pintor Espinosa, junto al Parque Cruz Conde —donde Bretón mantiene que perdió a sus hijos—.

El día siguiente será el turno de funcionarios del centro penitenciario y los presos de confianza que han vigilado al padre de los niños durante su estancia en el complejo de Alcolea, por estar sometido al régimen antisuicidios.

Finalmente, el 4 de mayo se sentarán ante Lainz Ruth Ortiz, su madre Obdulia y su hermano Estanislao, además de su primo Juan David. También responderán a las preguntas del juez otros testigos de Córdoba y Huelva que, supuestamente, escucharon alguna que otra amenaza de Bretón advirtiendo que iba a suceder algo malo.

Una de las cuestiones que tratará de aclarar el togado con estas tandas de interrogatorios será contrastar el resultado de la reconstrucción practicada el pasado 15 de marzo, que ratifica que el sospechoso no llevó nunca a los niños al parque.

Como adelantó ABC, dicha prueba puso de manifiesto que según los registros de las grabaciones y los teléfonos, transcurrieron 12 minutos desde que salió del coche con sus hijos hasta que las cámaras de la Ciudad de los Niños lo grabaron pidiendo ayuda. En este espacio, «el tiempo calculado para llegar al instante de la pérdida 10 minutos y 2 segundos es claramente superior al momento en que José decide llamar a su hermano para comunicarle lo que ha pasado 8 minutos y 43 segundos; y no existe tiempo material para que el encartado hiciera siquiera el amago de buscar a sus hijos llama a su hermano a las 18.17,10 y las cámaras de la zona de ocio infantil lo captan a las 18.20,30: esto es, apenas tres minutos y 20 segundos hasta que se le ve por las cámaras». El titular de Instrucción número 4 de Córdoba considera que estos resultados son más que reveladores: «Descartando, como debe descartarse, que el encartado tuviera dotes premonitorias, lo estuviera viendo venir y por eso se anticipa a llamar a su hermano, lo lógico es que estaría faltando claramente a la verdad, y que allí no perdió a sus hijos, simplemente, porque allí no los llevó», sentencia el togado.

Lainz también busca, con estas declaraciones, consolidar ese «móvil aparentemente anunciado» por el progenitor contra su mujer que la Policía descubrió al poco de desaparecer los niños, mediante amenazas veladas —que pudo pronunciar delante de amigos y familiares— en las que daba a entender a ésta que no volvería a ver de nuevo a sus hijos con vida.

Más puntos ciegos

Por otro lado, a lo largo de las distintas comparecencias, Bretón ha incurrido en múltiples contradicciones. El juez quiere ahora volver a escucharlo para ver cómo explica los resultados de las distintas diligencias practicadas, entre ellas, las que recogen las grabaciones de las cámaras de Las Quemadillas el 8 de octubre. Bretón nunca ha ofrecido una explicación convincente del itinerario de la parcela al parque, ya que relató que se dirigió hasta el centro de la ciudad por la antigua N-IV, cuando se ha constatado que, tras salir de la finca a las 17.26 horas, paró en dos contenedores distintos (uno junto al Centro de Inserción Social y otro próximo a Joylu), para después dar marcha atrás y desviarse por un camino a la derecha.

El padre de los menores tendrá también que proporcionar al togado argumentos creíbles sobre por qué desconectó su móvil el día de los hechos, cuando estuvo ilocalizable entre las 13.50 horas —cuando llegó a su parcela en Las Quemadillas— y las 18.08, hora a la que intercambia mensajes con su hermano. Para el juez, tal y como recoge en el auto de 17 de febrero, esta actitud le hace pensar que Bretón «pudiera haber planteado una estrategia dirigida a confundir, demostrando una frialdad extrema en una forma de actuar que podría presuponer una premeditación absoluta».

En la comparecencia del próximo miércoles, Lainz intentará aclarar de una vez por todas el motivo por el que el padre de Ruth y José hizo una hoguera en Las Quemadillas la tarde de la desaparición. ¿Pista falsa? ¿Coartada? Los datos facilitados por la Agencia de Medio Ambiente, en el contexto del desarrollo del Plan Infoca, demuestran que la primera referencia visual del fuego se tuvo a las 17.07 horas. Pero Bretón aseguró que estuvo recogiendo cosas y prendiendo la fogata desde que llegó a la casa (a las 13.53 horas). «Trató, así, de llenar de contenido las casi tres horas y media que estuvo en la finca», dice el juez en su auto.

En cualquier caso, «si hacemos caso a su declaración, en la que dijo que sobre las 17.15 horas fue despertado por sus hijos, tras haber estado durmiendo un rato —entre 15 ó 20 minutos—, llegamos a la conclusión de que simplemente falta a la verdad».

Y es que la forma en la que se prendió el fuego «es descontrolada». Por ello, «lo que hace José es disponer para otros menesteres» de todo ese tiempo «y conseguir su premeditada acción de hacer desaparecer a sus hijos. No es creíble bajo ningún concepto que prendiendo fuego a la hoguera sobre las 17.00 horas, se vaya a dormir la siesta y a las 17.26 salga de la parcela», apunta el juez.

Además, «si tenía la intención de llevar basura a los contenedores, ¿por qué se entretuvo en formar una hoguera», se pregunta el magistrado Lainz.

Bretón deberá explicar, igualmente, si estuvo o no en Las Quemadillas el 8 de octubre en torno a las 11.00 horas. Un testigo asegura que lo vio en la parcela familiar, lo que contradice la versión que defiende el progenitor, que asegura que a esa hora estaba en casa de su hermana Catalina cuidando de sus hijos y sus sobrinos.

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