Día 13/05/2012
La Taberna del Río será la última incorporación de nivel a la pujante oferta gastronómica de la Ribera a partir del día 18 en la calle Enrique Romero de Torres. Tras ella, está la Taberna La Montillana. Rafael Gavilán, uno de sus socios, explica los motivos que les llevaron a situarse junto al río. Por un lado, valoraron que es una zona que «compatibiliza el turismo, que tiene un potencial importante, con la gente de Córdoba». Y la ubicación en la Ribera es «perfecta», con ese doble flujo de público potencial, para «tener el negocio abierto todo el día». Eso permite rentabilizarlo más.
Otra cuestión que pesó positivamente son «las vistas» que ofrecerán a sus clientes —especialmente, espectaculares desde la terraza—. «El almuerzo o la cena tienen un encanto añadido», sigue Gavilán. Igualmente, se decantaron por este enclave porque les permite disfrutar de una notable capacidad de terraza, tanto en la calle como en la azotea, algo a tener muy en cuenta con la Ley Antitabaco.
Para este hostelero, el auge de negocios en la Ribera obedece a una «tendencia natural» en las urbes con río. «Tarde o temprano tenía que explotar. Ha sido tarde», reflexiona. De hecho, cree que esta zona de la ciudad «tiene potencial de crecimiento como eje de ocio de Córdoba» y augura que seguirán instalándose todo tipo de negocios allí: «Cuantos más establecimientos se sitúen en un espacio, la zona será de más afluencia».
Ahora bien, no todo es idílico junto al río. Gavilán cree que las instituciones deben «hacer más cosas» para potenciar el entorno del Guadalquivir. Y apunta que «algo que se reclama fundamentalmente es un aparcamiento» para que los cordobeses acudan. Luego, aporta una serie de sugerencias para fortalecer el auge de la Ribera: la recuperación del embarcadero; un mercadillo del arte en la Plaza del Potro; «adecentar un poco el río»; o dotar a la Ribera de una iluminación que realce todo el paseo.
Destaca que, si esta zona es un foco de ocio aún más potente, sería otro elemento para poder retener al turista más tiempo en la ciudad, la gran asignatura pendiente. Por lo pronto, ellos captarán al viajero y al cordobés, según explica el jefe de cocina de La Montillana y del nuevo negocio, Antonio Jiménez, con «cocina tradicional» y sugerencias diarias procedentes del mercado, porque, recalca, «aquí, no habrá nada congelado y todo será casero». Además, se acompañará con vinos Montilla-Moriles. Gavilán apunta que el comensal podrá consumir de pie o en mesa con la posibilidad de prolongar la tarde o la noche con una copa «de forma muy relajada». «Esto no es un pub. Esto es una taberna», finaliza.
