La sala abrirá mañana una exposición en la que se indaga sobre las fronteras del arte
Día 16/05/2012
La Sala Vimcorsa, desde hace años una de las que ofrecen exposiciones más interesantes de la ciudad, recupera el pulso y prepara una gran exposición a partir de mañana. Su protagonista es el alemán Franz Roh, un historiador y crítico de arte que, al mismo tiempo que analizaba la obra de los demás, creo un universo muy particular en sus collages. No estaban destinados a ver la luz, pero al final se dieron a conocer y desde mañana se podrán ver de cerca en la sala municipal. «Realismo mágico» es el título de esta exposición y hace mención a la naturaleza ensoñada de las temáticas que propone el autor.
La muestra exhibirá una serie de trabajos que su autor había realizado con un fin únicamente lúdico, según su propia confesión. Franz Roh (1890-1965) sólo se interesó al final de su vida por mostrar estos trabajos, que se exhibieron en varias exposiciones y que se caracterizan por el surreliasmo y la expresión de un singular mundo interior. Su éxito fue inmediato.
Los no artistas
El teórico alemán adoptó la aptitud del coleccionista de tarjetas postales, de revistas científicas y libros ilustrados y, celosamente, va poblando su propio mundo cotidiano de usadas imágenes a las que proporcionar una nueva vida con el procedimiento del collage. Roh, quien se interesó por las creaciones de los no artistas y las tendencias experimentales del arte de su tiempo, concebía la práctica el collage como un proceso que abre la puerta a la «democratización» del arte: el dominio de la pintura, la escultura o el dibujo resultan irrelevantes a la hora de dar a ver nuevas imágenes.
Lo que en verdad cuenta es la capacidad visionaria de quien lo ejecuta, esa apertura hacia los nuevos caminos de la imagen; para decirlo con sus propias palabras, «la alegría de volver a ver» que traen consigo los tiempos modernos. Por eso en sus obras se pueden observar manos de grandes tamaños, que pueden haber salido de un anuncio publicitario, con escenas industriales.
Según la crítica que ha estudiado su obra, esta actitud «significa ajustarse a las premisas del arte común, con ese gesto subversivo de no considerarse artista, y estar predispuesto al desarraigo doloroso de desaprender todo lo académico y declararse amateur».
La muestra, con obras de la galería Ubu de Nueva York, tendrá un presupuesto de 27.000 euros, pero no llega con el autor germánico como único protagonista, sino que se completará con muestras de collages de otros autores españoles.