Córdoba

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La causa de los mártires del siglo XX, respaldada por 10.000 folios

La Diócesis enviará a Roma en septiembre la documentación, con cientos de testimonios

Día 29/06/2012

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La fase diocesana ya está terminada. Sólo falta fotocopiar los documentos, clasificarlos y enviarlos a Roma en un contenedor sellado y lacrado. Han sido más de dos años de investigación, declaraciones de testigos -algunos de ellos, «de visu»- y análisis de los escritos de las 131 víctimas de la persecución religiosa del siglo XX en la diócesis de Córdoba, cuyo proceso de beatificación está a punto de cerrar su primera etapa.

«Ha sido un trabajo riguroso, en el que han intervenido teólogos, juristas e historiadores», informa Miguel Varona, delegado diocesano de las Causas de los Santos. En estos días, en las dependencias del Obispado, se está procediendo a la preparación de toda la documentación que se ha podido recabar, añadiendo incluso a última hora datos y testimonios de los que no se tenía conocimiento hasta hace poco tiempo.

Incluso ha habido que desplazarse a Madrid, en algún caso, para obtener información de personas que conocieron los hechos y que, por su avanzada edad, no pueden venir a Córdoba. Son en total 131 personas las que se incluyen en este proceso, y entre ellas hay sacerdotes, seminaristas, religiosos y seglares de ambos sexos. Todos ellos fueron martirizados en la persecución religiosa del siglo XX. «No es exacto hablar de «mártires de la Guerra Civil», porque en una guerra no hay mártires, sino víctimas», aclara Varona, que añade que «antes de empezar realizamos una labor de criba, porque no basta que alguien haya muerto con fe para que sea considerado mártir: tiene que haber muerto “por la fe”, que no es lo mismo».

Sin valoración

Las condiciones son claras: haber sido asesinados por odio a la religión, no haber puesto resistencia y haber muerto perdonando a los asesinos. «Si Jesucristo, que fue el primer mártir, murió perdonando, es obvio que los demás también tienen que hacerlo», concluye el delegado diocesano.

También insiste el responsable de esta investigación en que «en ningún momento se ha hecho valoración alguna de los hechos; sólo se ha tratado de reconstruirlos tal y como fueron, con toda la fidelidad que nos permiten los testimonios orales y escritos». Para recabar estos datos, que se concentran en los casi diez mil folios del proceso, han tenido que declarar varios cientos de testigos y se han analizado minuciosamente los escritos de los presuntos mártires.

Y añade con algo que es una lección que todos deberían aprender: «No nos interesa el nombre de los asesinos, este proceso no pretende saldar cuentas de ningún tipo; si, como he dicho, Cristo murió perdonando, nosotros no podemos hacer otra cosa».

El 15 de septiembre, a mediodía, un acto en la Catedral, que incluirá una parte jurídica en la que se procederá a cumplir con los trámites estipulados en el Derecho Canónico, y una misa de acción de gracias por la conclusión del proceso diocesano, será la antesala al envío de la documentación a Roma, donde la Congregación para las Causas de los Santos tendrá, como es natural, la última palabra sobre la decisión.

Será la siguiente etapa de un proceso iniciado por el anterior obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, en el año 2006, aunque ya antes de entonces habían subido a los altares algunos cordobeses muertos por la fe en la persecución religiosa, sobre todo de la década de 1930.

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