Écija
2
Córdoba
5
Ganar o perder a 10 días del principio de la Liga no deja de ser testimonial. Pero ver la respuesta del Córdoba al 2-0 que encajaba en el descanso frente al Écija es otro buen síntoma a tener en cuenta, ya que terminó goleando. Por lo menos, el equipo de Berges ha demostrado controlar los partidos de muy diversas maneras y sigue invicto en esta pretemporada, con cuatro victorias y un empate.
Las miradas en el arranque del partido se depositaron en Kiko Olivas. El central antequerano formaba de inicio, ya que el técnico quería saber de primera mano su respuesta. Por lo demás, el reparto de minutos daba opción a ver a distintos jugadores sin atender a sus posibles roles dentro del equipo en la competición.
Por lo visto hasta la fecha, todos habían respondido ante conjuntos de mayor y menor nivel. Pero, de salida, anoche fue distinto. Miguel Rivera, uno de esos entrenadores que suelen motivarse ante el Córdoba, imprimió a los suyos un carácter especial. Y se notó en los primeros minutos, en los que el Córdoba no encontró una salida demasiado rápida de balón. Es decir, los blanquiverdes notaron cierta incomodidad.
El factor Fede Vico
Sin embargo, ésta no duró mucho. Con el paso de los minutos, el Córdoba tomó confianza y, sobre todo, esperó a que apareciera Fede Vico. Con él, todo cambia. De hecho, las primeras llegadas blanquiverdes llegaron con su firma. Hasta marcó Patiño, pero el madrileño recibió el pase en posición adelantada y el tanto fue anulado. Ése fue el comienzo de un ciclo de ocasiones para el Córdoba. Las tuvieron Cerra, Gaspar o Ayina, pero ninguno acertó para hacer el 0-1. Por su parte, el Écija, que siempre tilda este partido como especial, mostró un nivel competitivo interesante y gozó de sus ocasiones. Sencillamente, porque sus jugadores estuvieron atentos a desajustes defensivos de Olivas y Gaspar, pero ni Delgado ni Coco pudieron con Alberto.
Nuevamente, el orden del partido era control del Córdoba, que no terminaba de marcar, algo que su rival sí hizo. Juan Delgado, un juvenil prometedor, culminó un centro de Antoñito para poner por delante al Écija. Para el Córdoba se presentaba una asignatura nueva, puesto que no se había visto nunca por detrás en la pretemporada. En parte se generó un desconcierto en la zaga que terminó con el segundo gol astigitano, culminado por Coco tras una bonita jugada. Poco después, entre la madera y la pierna de Alejo evitaron el 2-1. La primera parte concluyó con algún olé de la grada local, que se frotaba para darse cuenta de que lo visto era real.
Tras el descanso, nuevo dibujo sobre el campo, y cinco cambios. Olivas se quedó fuera tras una irregular primera parte y junto a él Cristian, Cerra, Ayina y Damián. Fernández, Aguilar (que jugó otra vez de central), Fuentes, Joselu y López Silva daban más empaque al Córdoba, que tenía la asignatura de la remontada. Mientras, Rivera siguió con los mismos en el Écija.
Pero el Córdoba estaba escarmentado, escocido. Y se notó. Bastaron 11 minutos para poner el empate y 15 para darle la vuelta al partido con dos goles más. Se vio a un Córdoba resuelto que detectó sangre en el rival y se dedicó a destrozarlo por la vía de la velocidad. Un combativo Joselu rompió líneas para provocar un penalti que él transformó, Vico encontró su premio dulce y Patiño recordó que ya no es meritorio. El Écija, por momentos, se vio atropellado. Porque el control del partido siempre fue del Córdoba, pero sumados los goles todo parecía magnificado.
Y así siguió hasta el final. Generó ocasiones e incrementó su cuenta a la que se sumó hasta Fernández, poco ducho en la materia. Incluso en el tramo final, tuvo sus minutos Caballero, quien ha estado inédito por la pubalgia. Al final, los olés fueron en blanco y verde.
