Jornada fatídica la de ayer para la construcción cordobesa, con dos muertos registrados en accidente laboral, tanto en la capital como en Montilla. Así, un joven trabajador de 31 años, natural de Coria (Sevilla), falleció de forma casi fulminante al caerle encima parte de la carga de un camión que estaba descargando en la calle Motril de Córdoba. Fuentes del servicio de Emergencias 112 informaron de que el suceso se produjo sobre las 8.45 horas cuando, por causas que se investigan, se volcó parte de la carga que contenía el camión, cayendo una placa sobre el abdomen del hombre.
Hasta el lugar del accidente se desplazaron agentes de la Policía Local, Policía Nacional y bomberos que tuvieron que participar en las labores de reanimación del trabajador, sin éxito, durante algo más de 30 minutos. Los miembros del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios del Ayuntamiento no tuvieron que excarcelar al fallecido, ya que se encontraba a un lado de la placa que le había caído encima, según las mismas fuentes.
La víctima presentaba un fuerte golpe en el abdomen que resultó ser mortal. Los bomberos, que se trasladaron al lugar con dos agentes, un mando y un conductor en un vehículo ligero se retiraron del lugar alrededor de las 9.30 horas. Además, hasta el lugar acudieron miembros del centro de prevención de riesgos laborales, de la Inspección de Trabajo, para indagar sobre el siniestro.
La obra estaba promovida por EPSA, la empresa pública de suelo de Andalucía, que la había sacado en concurso público. La firma que ha sufrido el accidente es Cubiertas Serrano e Hijos, una subcontrata de la principal adjudicataria, San Rocón S.L, según la Junta de Andalucía.
Por su parte, fuentes de CC.OO. señalaron que la máquina para descargar los palés estaba ya demasiado vieja y cedieron los brazos por el peso. Igualmente, tenía la obligación de mantener en su entorno un espacio de seguridad de varios metros, pero el joven muerto se encontraba casi debajo y acabó aplastado entre la carga que le cayó encima y el propio camión.
Poco después, según el sindicato, la constructora envió otra máquina algo más nueva que la accidentada, que de inmediato empezó los trabajos de retirada de carga y se volvió a obviar el perímetro de seguridad en su entorno, a pesar de que la acera estaba llena de curiosos, niños incluidos.
Ya por la tarde, a las 18.40 horas, se producía el segundo siniestro. Fue en la calle Francisco Ayala del barrio del Gran Capitán en Montilla, y se cobró la vida de un operario que murió tras recibir una fuerte descarga eléctrica. «Se trata de un trabajador que estaba reparando, con una evidente falta de medios, el corte que una media hora antes había producido una retropala», según informaron a ABC fuentes de la Policía Local. La máquina, al parecer, «rompió una canalización eléctrica, tubos y cables, que es algo relativamente imprevisible, porque no se ve, y ahí no se produjo descarga, sino un corte de fluido en un domicilio, pero, unos 35 minutos después, ocurrió el accidente cuando un trabajador intentó empalmar los cables».
El fallecido, E.G.G., de 36 años, con dos hijos y natural de Montemayor, sólo intentó valerse de «unas tenazas, un destornillador y cinta aislante que, al producirse la descarga a media tensión, ha debido de haber sido un paro cardiaco fulminante», añadieron los agentes locales. Un hermano suyo, que era el encargado y dueño de la empresa, se encontraba en el lugar.
