Como si se fuese uno de los muchos autores que participan y hubiese cerrado una etapa y, sin dejar atrás los hallazgos estéticos ni los temas de lo anterior, abriese nuevas miras en su producción y en su escritura, como suele pasar con los creadores, Cosmopoética se reinventa. El festival literario abre otra época en su actividad y, a la novena, cambia por fuera para seguir igual por dentro y tan fiel como siempre a su espíritu.
Lo dijo ayer el alcalde, José Antonio Nieto: el anterior gobierno municipal dejó algunas herencias negativas, pero también herencias positivas, y esta es una de ellas. Como si la ciudad fuese una gigantesca biblioteca, de esas de apariencia desordenada pero cuyo dueño conoce siempre el anaquel o el escondrijo donde están los mayores tesoros, las estanterías figuradas ya rebosan de nombres que los cordobeses y visitantes tomarán, con el silencio y la calma propias del género.
El hombre del paraguas, la silueta del pintor René Magritt que desde hace años sirve de emblema al encuentro de poetas del mundo, ya comienza con su silente y enlutado paseo, aunque este año no andará a refugiarse del agua primaveral, sino de los primeros chaparrones, muy esperados, con que se tiene que despedir el verano inmisericorde.
Es el primer escalón del Otoño Cultural que el Ayuntamiento quiere ir perfilando para los próximos años con la ayuda, en principio, de la Fundación de la Capitalidad Cultural, que después de 2016 está recogiendo ideas para seguir vinculando el nombre de la ciudad a la creatividad.
Como inversión definió ayer José Antonio Nieto los 450.000 euros, algo menos que en la edición de abril del año pasado, el dinero que se destinará al festival poético, porque su idea es conseguir que la política cultural comience a dejar de verse como un pozo y empiece a verse su capacidad para generar algo más. El poeta y escritor cordobés Joaquín Pérez Azaústre es desde este año el coordinador y quien se ha encargado de hacer la selección y conseguir la presencia de los autores.
Frente a otras citas, las actividades de animación en las calles, frecuentes en otras ocasiones, las relacionadas con la tecnología y hasta las vinculadas al deporte han desaparecido, para pasar a abordar la poesía desde una vertiente que sin excluir su disfrute tranquilo y la escucha de los versos, también persigue el estudio de las escuelas poéticas y llamar la atención sobre los autores más interesantes.
Talleres
En las repartidas estanterías de Cosmopoética, las primeras letras se empezarán a leer el próximo jueves, dentro de apenas un par de días, aunque no será hasta la última semana, entre el 29 de septiembre y el 7 de octubre, cuando los volúmenes más queridos y los versos más emocionantes sean quienes pidan la palabra, casi siempre en la propia voz de quienes tomaron la pluma para plasmar en la música de su verbo lo que sentían.
Durante los próximos días, los papeles que serán protagonistas de la cita poética estarán en blanco, o mejor dicho se irán escribiendo en talleres, no sólo poéticos, sino también de cuentos, no sólo para jóvenes iniciáticos, sino también para los mayores de 50 años, y no sólo en los templos de la cultura, sino también en las tabernas o en las asociaciones de inmigrantes, que uno de los objetivos más clásicos de la cita poética es precisamente el de escuchar voces de todo el mundo y saber cómo suena la poesía con distintos acentos.
Desde el sábado 29, el hombre del paraguas de Cosmopoética se acercará a las calles de la ciudad y tomará en las manos muchos libros, entre ellos una figurada antología de los Novísimos, la mejor generación poética, afirmó Joaquín Pérez Azaústre, de los últimos cincuenta años en España. Se asomarán los versos de todos y las voces, todavía vivas y escribientes, de Leopoldo María Panero, Guillermo Carnero y Pere Gimferrer.
Durante los días de la primera semana de octubre hablarán sobre el influjo de Cántico, sus hermanos mayores por generación, analizarán su lenguaje y su tendencia y hasta quienes se acerquen a la Sala Orive conocerán su fascinación por el cine y la entrada del séptimo arte en su obra.
De los anaqueles descenderá también un clásico como «Campos de Castilla», de Antonio Machado, que este año celebra su centenario, y también el verso preciso y hondo de Vicente Núñez, al que rendirán tributo Pablo García Baena, Luis Antonio de Villena, Guillermo Carnero y Fernando Delgado. La poesía tomará después la forma de temas, y hablará sobre la presencia de la naturaleza por la boca de Julio Llamazares, Antonio Colinas y Alejandro López Andrada, o sobre las mujeres escritoras desde el 27 hacia estos años.
No serán días sólo para leer o escuchar el verso, que ya tiene un ritmo y casi una melodía propias, sino también para darse a la música, ambas hijas de un mismo tronco. El cantautor Patxi Andión, un clásico, será uno de los trovadores presentes en el Teatro Góngora, pero también otros como Rafa Mora o Moncho Otero, «gente que se ha encontrado con los problemas del mercado discográfico, pero que está actuando en locales de Madrid y que busca en sus letras la poesía». Hasta los internos de la Prisión Provincial tendrán libros a su alcance y disfrutarán de la poesía.
No es la de Cosmopoética, y nunca lo ha sido, una biblioteca monógrafa, y en ella se podrán escuchar el inglés en distintos acentos, el italiano, el francés, el portugués, el turco y hasta distintos acentos hispanos de uno y otro lado del charco. Todo durante una semana hasta que el Alcázar de los Reyes Cristianos acoja las últimas letras, el acto de clausura.
Se abrirán también las páginas del recuerdo y aquellas que un día fueron principiantes y se asomaron al vértigo del verso. Quienes acudieron al aula poética de la Posada del Potro y desde ahí se hicieron escritores o, si se quedaron por el camino, aprendieron a deleitarse con esta literatura, saben el merecimiento del homenaje que se dará a Pedro Roso, creador y alma de aquella iniciativa que marcó a una generación de escritores.
Tradicionalmente era el acto de inauguración el más importante, y todavía sonaban entre los mosaicos de Polifemo y Galatea las palabras del poeta y narrador italiano Alessandro Baricco ante un auditorio completamente lleno que incluso no dejó un sitio libre en los pasillos.
Para esta ocasión, el escritor cordobés Antonio Gala dirá la última palabra y cerrará, aunque no del todo, el libro de esta novena edición de Cosmopoética a partir de las 20.30 horas del domingo 7 de octubre.
