La locomotora del tren turístico, un proyecto del PSOE para la comarca pagado con fondos Miner, acaba abandonada a su suerte tras haberse invertido 1,4 millones de los 14 previstos
Día 18/09/2012
Hubo un tiempo en el que el carbón era la fuente de energía del ferrocarril. Ese tiempo coincidió con el esplendor de la cuenca minera del Guadiato y el florecimiento de sus pueblos. Pero llegaron las energías alternativas, el desarrollo tecnológico y las locomotoras se extinguieron y pueblos como Peñarroya, Espiel o Belmez empezaron a desangrarse ante el cierre de las minas. Para atenuar las consecuencias socio-económicas por la paulatina disminución de la actividad minera se creó el Plan Miner, que desde finales del siglo pasado hasta la fecha ha estado, con fondos estatales, sufragando proyectos para reactivar la economía de estos municipios.
En este contexto hay que encuadrar el proyecto del Tren Turístico del Guadiato, impulsado por la exalcaldesa del PSOE Luisa Ruiz y que recibió en 2009 el visto bueno de la comisión de los fondos Miner para aportar 14 millones de euros a esta iniciativa. Los defensores de esta obra farónica, que pese a su millonaria inversión sólo contemplaba la creación de 10 puestos de trabajo, defendían la resurrección de las locomotoras en el Guadiato porque este tren era «un ambicisoso proyecto turístico y cultural» con el que se pretendía recuperar el patrimonio histórico de Peñarroya (hay que recordar que dos de estas máquinas estaban expuestas en plazas del municipio como elementos decorativos y totalmente echadas a peder por el paso del tiempo), así como la puesta en valor del pasado minero, industrial y ferroviario y la reactivación económica de la mano del turismo.
Y llegó la crisis, las vacas flacas y el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que puso coto a los proyectos financiados con los Miner, de forma que se quedaban fuera todos aquellos que sólo generasen infraestructuras para primar a los que realmente creaban puestos de trabajo. Es así como, tras una primera fase del proyecto, en la que se invirtieron 1,4 millones, el Gobierno central cortó el grifo y dejó la idea de los socialistas de unir Peñarroya con los municipios de la comarca -con la posibilidad de enlazar con Puertollano y Almorchón- en manos de las arcas municipales o de la iniciativa privada para que aportasen los 12,6 millones restantes para su culminación.
Es entonces, pese a la decena de trabajos directos que iba a crear esta infraestructura, cuando el PSOE pasa a la ofensiva recordando el beneficio que este tren iba a traer a la comarca. «Las repercusiones serían a nivel nacional e internacional, ya que el proyecto contemplaba la creación de un Centro de Estudios del Ferrocarril con material, imágenes y archivos de la época y de la zona, Y esto trae gente, mucha gente, de Córdoba, de Andalucía, de España y de fuera de España. Gente que va a visitar Peñarroya, que van a comer en nuestro pueblo, que va a comprar en nuestro municipio, osea euros, euros, euros», según señala el PSOE peñarriblense en su web.
Olvidan los socialistas que el tendido ferroviario entre los muncipios no existe, que la línea Badajoz-Almorchón ha sido desmantelada, que las minas están cerradas para suministrar carbón a una locomotora, que ya de por sí va en contra de todo proyecto de desarrollo sostenible, y que hacen falta más de 2.000 millones de las antiguas pesetas -que nadie quiere poner ahora- para que el proyecto visionario de Luisa Ruiz se haga realidad.
Máquina inoperativa
Pero esto no es lo peor de todo. El problema, según denuncia el equipo de gobierno del PP, es que la maquinaria que se envió para su restauración está en paradero desconocido y la única que ha sido restaurada, después de cuatro años, ha llegado totalmente inservible. Se trata de la locomotora conocida como «La Marta», que hasta 2008 ha estado en Lérida para su restauración, lo que ha supuesto cerca de 250.000 euros. El equipo de gobierno presidido por la popular María Gil señala que la locomotora llegó en agosto restaurada, pero inservible. Desde la compañía encargada de su arreglo se manifiesta que, ante la intención del Ayuntamiento de no darle un uso inmediato a la locomotora se adoptaron una serie de medidas para garantizar su conservación que implican dejar la maquinaria inservible.
Y todavía se están restaurando otra locomotora, la máquina conocida como «Santa Bárbara» y el coche restaurante, cuyo destino parece ser el de acabar en un parque de adorno o en una atarazana cogiendo polvo, como está haciendo «La Marta». En cuanto al futuro de estas maquinarias, Gil indicó que «alguna utilidad habrá que darles, después de lo que han costado».



