Entre 2005 y 2006, el Gobierno español compró diez millones de dosis de oseltamivir, el antiviral contra la gripe que ahora es la esperanza ante una hipotética pandemia. Carlos Carrión
Martes, 28-04-09
Cinco años atrás el mundo se conmocionó por el virus de la gripe aviar, el temido H5N1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que podían producirse 150 millones de muertos, una cifra que superaba los balances de las pestes de la Edad Media, la viruela y la gripe española juntas.
Uno de los remedios conocidos para combatir la epidemia es el oseltamivir, cuya presentación comercial es el Tamiflu. España almacena unos 20 bidones azules, cada uno de ellos con varias bolsas de siete quilos de esta sustancia en polvo, suficientes para fabricar millones de dosis en caso de necesidad. Están confinados en el Centro Militar de Farmacia, en Madrid, a cuyas instalaciones tuvo acceso recientemente el suplemento dominical de ABC «XL Semanal», la primera publicación que logró autorización para fotografiar las existencias.
El oseltamivir fue adquirido entre 2005 y 2006, cuando la alarma del virus de la gripe aviar alcanzaba niveles de gran preocupación. Costaron un mínimo de seis millones y medio de euros (según datos del BOE). Además, se invirtieron 1.185.000 euros adicionales en los aparatos para convertir el polvo en comprimidos. En total se gastaron 1.200 millones de las antiguas pesetas para hacer frente a una hipotética pandemia de gripe que ahora vuelve a manifestarse en su variedad porcina.
Respecto a esta sustancia hay posiciones encontradas entre la comunidad científica, como recordaba «XL Semanal». Primero, porque el oseltamivir, como cualquier fármaco, caduca. En el caso de los comprimidos, a los cinco años; aunque en polvo puede durar hasta diez. Además, no es una vacuna, aunque sí reduce los síntomas y disminuye la mortalidad cuando se contrae la enfermedad.
Vacuna en cinco meses
El Tamiflu y otros antivirales funcionan como la primera barrera de contención de la epidemia. Con ellos se gana tiempo hasta que se logra desarrollar una vacuna eficaz para inmunizar a la población, que aún no ha entrado en contado con la enfermedad. La clave es hacerlo rápido y en dosis masivas.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense anunció ayer que ya está en la primera fase de elaboración del fármaco. «Sabemos a ciencia cierta que ha comenzado el trabajo para producir una vacuna», afirmó, añadiendo que normalmente se tarda entre 5 y 6 meses en esta fase inicial antes de que una vacuna pueda estar a la venta.
El director del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, Vicente Larraga, opina que hoy la producción de una vacuna protectora se podrá llevar a cabo con más rapidez con la tecnología actual. «Un sistema de «minigenes» que estaba preparado y que utilizará los últimos avances en la biología molecular para obtener las vacunas en un tiempo récord».
La comunidad científica sueña con encontrar un suero universal que pueda proteger frente a la mortalidad y a las complicaciones más graves de la gripe. Una vacuna universal permitiría tener siempre almacenadas dosis suficientes para hacer frente a grandes epidemias como la que se avecina en estos momentos. El problema es conseguirlo con un virus que cambia tanto en cada temporada. Pero un equipo de investigadores de la Universidad de Saint Louis anunciaron ayer que cada vez están más cerca de lograrlo. Su hallazgo se presentó en la conferencia internacional de enfermedades infecciosas que se celebra en Baltimore (Estados Unidos). Su nueva vacuna se ha probado en 377 personas sanas y, de momento, se sabe que produce inmunidad y se tolera bien.


