A ninguna parte. Ésa es la estación de destino del tranvía que la Junta de Andalucía proyecta para Córdoba pero del que nada se sabe hasta la fecha, descarrilado como está a cuenta del «tijeretazo» que ha dejado en las guías el músculo inversor de la Administración autonómica. La Consejería de Obras Públicas, dirigida por Rosa Aguilar, no está para piruetas financieras, y por más que la puesta en marcha de este medio de transporte se acoja a la fórmula de los fondos privados a cambio de la explotación por parte de la empresa que lo lleve a cabo, es un hecho que el tranvía no sale de la vía muerta. Prueba de ello es que el departamento que dirige la ex alcaldesa no aporta información alguna sobre la marcha del proyecto, del que sólo existe por el momento un estudio técnico que a costado 2,2 millones de euros. Pecata minuta en comparación con los 418 millones en los que está estimado el coste total de la instalación del tren urbano. La fecha para su entrada en servicio dada por la Administración central en un principio fue 2013 y al menos un año y medio antes habrían de comenzar las obras. Parece claro que la demora será importante, sobre todo teniendo en cuenta que la Junta no ha presupuestado para 2010 ni un euro para este equipamiento de mejora de la movilidad. En 2009 sí presupuestó 2,2 millones, los necesarios para encargar a la empresa Ingerop la redacción de trazado y del proyecto de construcción.
El estudio plantea un tranvía con tres líneas que forman una especie de triángulo que rodea al Casco, ya que «no sería deseable» que éste atravesara la zona antigua, según han declarado los responsables de la empresa que lo ha diseñado. La intención es que no haya punto del Casco que esté a más de cinco minutos a pie de una parada. En principio, el triángulo lo formarían una línea que iría de norte a sur (la 2, con 5,6 kilómetros de recorrido), desde El Brillante hasta Libertador Simón Bolívar (Polígono Guadalquivir), y otras dos transversales.
418
millones
La número uno, que tendría 7,9 kilómetros, atravesaría la capital desde Carlos III a la Ciudad Sanitaria, mientras que la 3, con 6,5 kilómetros, uniría la avenida Virgen del Mar (Fuensanta) con la Carretera de Trassierra.
El coste máximo, según Ingerop , para el proyecto sería de 418 millones. En esta cifra, se incluirían también trabajos de reurbanización o la construcción de aparcamientos disuasorios para que la gente deje el coche y tome el tranvía. Dentro del coste, la partida más cara sería comprar los trenes (81,2 millones), seguida de elementos de vía, línea y aparatos (65,4) y del capítulo de electrificación, señalización o equipamientos de paradas (59,2).
El informe de Ingerop inicia su exposición con un análisis en el que señala que en Córdoba «el tráfico, como en otras tantas urbes, se convierte en un problema de gran relevancia que afecta negativamente a la vida de la ciudad». Además, apunta que la actual red de autobuses municipales (Aucorsa) no «soluciona por sí sola la demanda» de transporte y «no es suficientemente eficaz». De hecho, el trabajo apunta a que, con la llegada del tranvía, el autobús no pasará a un segundo plano, pero sí tendrá que reorganizar sus líneas.
El informe añade que «el tranvía libera un espacio en superficie que cada ayuntamiento puede aprovechar, según su ideal de ciudad», si bien, indica que «la lógica reside en devolver el lugar recuperado al peatón». Pero se trata de un camino que aún está por andar, porque el tranvía sólo tiene ahora un nombre: olvido.