¿Obra Social o «Gizarte Ekintza»?

Desde que BBK (Bilbao Bizkaia Kutxa) se hizo con Cajasur el día 16 es incesante el «txirimiri», esa lluvia fina de Bilbao que acaba calando, de cifras sobre el futuro de la entidad cordobesa: cuántos empleos se recortarán, qué oficinas cerrarán o en cuántos años volverá a dar beneficios.

Pero, la integración no será sólo cuestión de números, sino también de filosofía. Mucho se ha hablado de la implantación en la futura Cajasur, que será un banco, del exitoso modelo de gestión del operador financiero vasco. Pero, en la Obra Social (OBS) también habrá que hacer encaje de bolillos para casar dos «almas» diferentes. BBK ya ha anunciado que mantendrá la OBS de Cajasur mediante una fundación. Ahora bien, ¿en qué gastará sus fondos dicha fundación?

Porque la entidad vizcaína y la cordobesa no sólo exhiben guarismos muy dispares en esta materia —la primera le dedicó 101,5 millones en 2009 (tercera caja del país con más presupuesto para OBS) y la segunda, 19,9—, sino que muestran un «espíritu» distinto a la hora de devolver a la ciudadanía parte de sus beneficios. Así, la caja vasca evidencia a lo largo del tiempo una línea muy definida en lo que por aquellos lares se conoce como «Gizarte Ekintza Obra Social». Su principal apuesta es la asistencia social: en el último lustro nunca supuso menos del 42% de sus recursos y en 2007 y 2008 acaparó uno de cada dos euros.

Por el contrario, Cajasur ha dado bandazos. Así, en 2004 y 2005 el área que se llevaba abrumadoramente la mayor parte del «pastel» de su Obra Social era el de actividades culturales y tiempo libre. En torno a uno de cada dos euros iba a ese fin. Sin embargo, en 2006 y 2007 hubo un vuelco y el campo que más recibió fue el de la asistencia social. Pero, en 2008 y 2009 volvieron a cambiar las tornas y dominó el gasto en cultura y tiempo libre. El pasado año, aglutinó el 41%.

Con los 43 millones que consignó BBK a asistencia social el pasado ejercicio, por ejemplo, sostuvo 62 clubes de jubilados;

realizó 2.720 actividades para mayores o desarrolló actuaciones en materia de inmigración, atención a los «sin techo» y dependencia. En este último apartado, destaca su centro «Ola», dedicado a los discapacitados intelectuales. Cuenta, entre otros servicios, con un espacio ocupacional que promueve su integración laboral y una residencia de estancias temporales.

Además, BBK resalta su atención a la conciliación de la vida familiar y laboral: dispone de 18 guarderías.

Cultura y tiempo libre es el segundo campo al que ha dedicado en los últimos ejercicios más fondos la entidad presidida por Mario Fernández. El pasado año, fueron 30,7 millones, un 30% de su presupuesto. Con ese dinero, colabora con el Museo Guggenheim de Bilbao y el Teatro Arriaga de la capital vizcaína; patrocina el pujante festival de música rock «BBK Live» o participa en actividades de la Universidad del País Vasco.

Una de las grandes diferencias entre estas dos OBS está en lo que destinan a mantenimiento del patrimonio histórico artístico y natural. No hay mejor indicador que refleje el «alma» de una y otra. BBK, con esos flamantes 101 millones de presupuesto, aportó 1,2 para esta materia. Es decir, poco más de un euro de cada cien.

Sin embargo, en Cajasur, que fue fundada por la Iglesia, este área siempre ha tenido una especial relevancia, ya que ha sido una fórmula de mantener el rico patrimonio cultural eclesiástico de Córdoba, sobre todo, y de Andalucía. El pasado año, un 10,7% de sus recursos en OBS fue a este campo.