Córdoba

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La «profecía» de Salinas

En 1987 el PSOE tuvo en sus manos la Alcaldía, pero renunció a ella. Desde entonces, Córdoba es para este partido un dolor de cabeza sin cura

Día 16/08/2010 - 10.05h
«Yo se lo anticipé a Alfonso Guerra en aquellos días: “Esto retrasará nuestra llegada a la Alcaldía, que pueda evaluarte ahora, veinte años”. Y no me he equivocado». Quien habla así de claro es José Miguel Salinas, el candidato del PSOE que más cerca ha estado desde la restauración de la democracia de ser alcalde de Córdoba, una capital que se resiste a los socialistas y a su formidable maquinaria de ganar comicios. Cuando dice «esto» alude a lo sucedido en las municipales de 1987.
El entonces todopoderoso Alfonso Guerra le pidió a Salinas que dejara su emergente carrera —ya era vicepresidente de la Junta— para que regresara a Córdoba a disputar la Alcaldía a Herminio Trigo (IU). Volvió y el PSOE obtuvo su mejor resultado hasta ahora: el 30% de los votos. Sumó nueve ediles —IU logró 10— y apoyos en la oposición suficientes para dirigir Córdoba. Pero, la ciudad fue moneda de cambio en acuerdos de ámbito superior entre IU y los socialistas, con lo que el PSOE ordenó a Salinas que no fuera candidato a alcalde en el Pleno de constitución de la Corporación, lo que permitió a la coalición retener la vara de mando.
Desde ese momento, el PSOE se fue desangrando en cada cita con las municipales —salvo un leve repunte en 1999—, hasta tocar fondo en 2003. En esas elecciones, con José Mellado por tercera vez como cabeza de lista y tras haber participado en un cogobierno con IU, sólo logró el 12,9% de los sufragios y cuatro ediles.
Ese porcentaje sonrojó al PSOE, un formidable engranaje acostumbrado a triunfos electorales por todo el país, al que, una vez más, se le atragantó Córdoba, pues fue la capital de provincia de España donde peor resultado obtuvo en 2003. En 2007, no mejoraron mucho las cosas con el «fichaje» de Rafael Blanco, director general de Deportes del Gobierno central, como cabeza de lista. Lograron apenas 1.500 sufragios más y los mismos ediles que en 2003.
Y el PSOE no parece aprender con Córdoba. Ante unas municipales clave —las primeras en las que IU no tendrá a la omnipresente Rosa Aguilar y en las que el PP acaricia de salida la mayoría absoluta—, sigue enredado con la elección de su candidato, mientras que la coalición y los populares ya disponen de los suyos.
Quedan Córdoba y Almería
El mar de dudas que supone para los socialistas Córdoba se refleja en otro hecho. El PSOE andaluz ya tiene alcaldables en seis capitales de la región: Juan Espadas que luchará en Sevilla por retener la Alcaldía que ahora ostenta Alfredo Sánchez Monteseirín; Petronila Guerrero en Huelva; Marta Meléndez en Cádiz; María Gámez en Málaga; Francisco Cuenca en Granada; y Carmen Peñalver, que intentará conservar el bastón de mando en Jaén. Córdoba y Almería son las únicas donde el partido del puño y la rosa aún no tiene rostro visible para las municipales.
Y las alternativas por estos lares empiezan a agotarse: el PSOE-A presiona al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para que sea un candidato a «palos»; Blanco se postula para repetir y el líder provincial, Juan Pablo Durán, no ha ocultado su deseo de ser «número uno» de la lista. En un discreto segundo plano, está Carmen Calvo, ex ministra de Cultura, quien se deja querer.
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