«En el fútbol, el dinero no es suficiente, hay que tener pasión; de lo contrario, la realidad árida de los números puede frustrar el trabajo de años». No es una de las frases que ayer pronunció José Miguel Salinas en el número 1 de Gran Capitán a cuenta de la venta del Córdoba CF SAD a la sociedad Augusta Business Capital, que vehicula el traspaso al empresario siciliano Antonino Pulvirenti. Es la reflexión del nuevo propietario de la entidad blanquiverde a un diario italiano hace una década, pero que viene como anillo al dedo a un paisaje dominado por la urgencia fría de los números para reflotar al conjunto blanquiverde.
Antonino Pulvirenti (Catania, Sicilia, 1962) es el nuevo propietario del Córdoba CF SAD. Hombre de negocios y de fútbol, «amante del fútbol»le bautizan por las web de fútbol, pues pese a su relativa juventud (48 años), lleva gestionando clubes en Italia desde 1995, cuando presidió el Belper, club de regional de la provincia de Catania, la segunda ciudad en población de la isla siciliana, cuya población es muy similar a la de Córdoba.El empresario catanesi se adentró en el mundo de los negocios precisamente en Belper con la distribución alimentaria.
En el año 1999, Pulvirenti deja el Belper y se muda al Acirelae, un equipo de la región en el que estará hasta 2004 y al que mantuvo en las series C y B de la liga italiana, con los correspondientes vaivenes de un fútbol más alejado de la élite transalpina.
Su gran salto cualitativo y cuantitativo lo da en 2004. Es la fecha clave para entender el fenómeno de Nino Pulvirenti en Sicilia y en la Serie A del Calcio. Cuando peor le iban las cosas en el Acirelae, decide comprar el Catania a la familia Gaucci, curiosamente con quien aterriza ahora en Córdoba. Los Gaucci le habían arrebatado ya en 2000 este club siciliano, pero cuatro años más tarde, la deuda del Calcio Catania SpA, fundado en 1946, alcanza los 9 millones de euros. Luego llegará su travesía por el Perugia.
Nino Pulvirenti consolida a la vez una aventura empresarial que le permitirá afrontar la compra del Catania y convertirse en 2006, según la revista especializa económica Capital, en el emprendedor siciliano de 2006. Construye un holding y un equipo de fútbol de la Serie A.
Ese holding se llama Finaria del que se hace cargo en su totalidad accionarial por la sociedad Meridi SRL. Sus prometedores inicios como empresario de la distribución acaban confiriéndole en este segmento una de las patas importantes de su grupo: Forte, cadena de hard discount, con 85 puntos de venta en toda Sicilia y la parte sur peninsular del país. O lo que es lo mismo, tiendas de alimentación de súper descuento.
A partir de ahí, el entramado del catanesi abarca una compañía aerolínea (Wind Jet) de bajo coste que opera principalmente en Italia, aunque enlaza con las principales capitales centroeuropeas y Barcelona. En 2009 fue certificada como la primera low cost italiana. Pulvirenti entra en el mundo del turismo con la propiedad de la cadena hotelera Platinium Hotels&Resorts, que cuenta con tres grandes establecimientos en la isla del volcán Etna. Complementario es el negocio de cátering bajo la enseña Morsy Sorsy, con tres restaurantes en Palermo, Catania y Caltanissetta.El holding lo cierran dos firmas más de sectores muy distintos. Por un lado, Biorossa, enseña agroquímica, y la empresa logística Logime.
El Calcio Catania, que actualmente ocupa la zona templada de la Serie A italiana con casi la mitad de la plantilla conformada por jugadores sudamericanos (y una ciudad deportiva espectacular), también integra Finaria, pues es su propietario al cien por cien. Su irrupción de 2004 vino acompañada por la de Pietro Lo Monaco, como manager general, y el técnico Maurizio Costantini. El primero de ellos ha sido el rostro que en los últimos días se ha convertido para los aficionados blanquiverdes en la antesala al gran dueño, y que el pasado martes se dejó ver junto a Alessandro Gaucci en el palco del Nuevo Arcángel con su gesto adusto y patricio.
Lo Monaco, ex mediocampista mediocre y entrenador de equipos menguados, sí se convirtió en un auténtico manager general y consejero delegado —lo que aquí en España podría equipararse a un Monchi y Valdano— así como cerebro del proyecto liderado por Pulvirenti en el Catania. Como mano derecha ha cerrado el acuerdo a expensas de la diu diligenci que auditará la situación del club gestionado por Prasa en las últimas temporadas. De Gaucci se espera que sea su espejo en el Córdoba a partir de ahora. Ambos, bajo los designios de Nino.
Catania, según Plutarco derivada de katane, que significa rayadura, en relación al áspero suelo lávico de la región, ha sido destruida siete veces por erupciones volcánicas y terremotos. La última en 1693. Siete ves que ha vuelto a reconstruirse. Nino Pulvirenti aprendió así a reflotar proyectos. El Córdoba será uno más.





