El porcentaje no es alarmante, pero sí significativo. Un tercio de la población de la provincia fuma. Así se reflejan en los datos de la última Encuesta Andaluza de Salud. Los hombres siguen siendo los más adictos a la nicotina (un 43,8 por ciento), frente al 22,6 por ciento de mujeres. Estos son los que lo pasarán peor con la reforma de la ley.
La consejera de Salud, María Jesús Montero, señaló ayer que el objetivo de la nueva normativa es reducir el consumo de tabaco en un 11 por ciento en Andalucía, donde, al igual que en Córdoba, una de cada tres personas fuma.
La franja de edad más «enganchada» a este hábito en la provincia es la situada entre los 25 y 44 años, que es donde se alcanzan los picos máximos; prueba de ello es que un 43% de los cordobeses con esta edad fuma habitualmente.
El siguiente tramo de edad con más adictos es el comprendida entre los 45 y 54 años, en este caso, con un 34,45%. Los jóvenes de entre 16 y 24 años mantienen un elevado nivel de prevalencia, ya que se sitúa en el 33,45%, lo que demuestra que las campañas mediáticas en contra del tabaco, dados sus efectos perjudiciales para la salud, apenas tienen incidencia entre ellos.
Más preocupante resulta el hecho de que el 28% de los jóvenes de entre 13 y 14 años hayan experimentando en alguna ocasión con el tabaco y el 18% de las chicas y el 11% de los chicos de 15 a 16 años fumen ya a diario.
Los datos de la encuesta también revelan que las cifras de fumadores cambian entre los sexos. La tasa de fumadores habituales en Córdoba (39,4%) casi duplica a la de mujeres (23,1%). La cosa varía en el caso de las personas que dejan de fumar, ya que según los mismos datos, las ex fumadoras representan un 7,5%, por el 19,5% de los hombres; ellos dejan antes el hábito.
Más de 78.000 cordobeses se han beneficiado de los programas de deshabituación tabáquica en marcha en Andalucía desde 2006. De ellos, 70.065 han recibido intervención básica; 6.993, avanzada individual y 1.319, grupal.
En lo que al marco normativo se refiere, en 2010 se han realizado un total de 406 inspecciones en establecimientos hosteleros de más de 100 metros cuadrados, y se han llevado a cabo 551 visitas. «El 99,5% de los cuales cumplía con la normativa», destacó ayer la Delegación en una nota.
A ello se suman las comprobaciones en otros recintos (bares de menos de 100 metros, minoristas, empresas...), donde se han realizado 4.126 comprobaciones.
Denuncias
A lo largo del presente ejercicio, Salud ha recibido 105 denuncias; hay 123 expedientes en tramitación y 90 sanciones por un valor total de 44.014 euros.
Desde la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, se han registrado 455 demandas por incumplimientos, a raíz de las cuales se han abierto 391 expedientes, que se han resuelto con 268 multas por 120.000 euros.
Ahora, con el endurecimiento de la normativa, surge una duda: ¿cómo se vigilará su cumplimiento? La delegada de Salud en Córdoba, María Isabel Baena, especificó que los cauces para denunciar seguirán siendo los mismos que hasta ahora. «Se podrá hacer con el asesoramiento y apoyo de la Policía; también se puede presentar la demanda ante Salud y, por supuesto, las inspecciones, que se llevarán a cabo en los establecimientos de restauración».
En cuanto a las cuantías de las sanciones, variarán en función de la gravedad de las mismas. Así, las infracciones leves podrán multarse con entre 30 y 600 euros; las graves van de 601 a 10.000 euros, y las muy graves, hasta 600.000 euros.
Así, por ejemplo, un fumador que fuese pillado encendiéndose un cigarrillo en una zona prohibida será sancionado con 30 euros, siempre y cuando se trate de una conducta aislada.
Los hosteleros lo tienen peor, porque si un inspector detecta que el local no está libre de humos, el empresario podría recibir una multa de más de 600 euros.




