Las 470 oficinas de Cajasur abrieron ayer por primera vez sus puertas como banco tras concluir su larga etapa como caja, que duró 150 años. La toma de control por parte de BBK, que se adjudicó en julio Cajasur tras ser intervenida en mayo, se produjo sin que se tradujera para el cliente en el más mínimo cambio. Si acaso, los más observadores apreciarían en la letra pequeña de los documentos para realizar operaciones el nombre oficial que tiene la entidad, BBK Bank, que acaba de ser ampliado oficialmente incluyendo el término Cajasur. Por lo demás, ni la más mínima variación al ojo, ya que se mantiene el logotipo y la marca.
Y la caja vasca apuesta por preservarlos porque son valiosos. Están arraigados en la amplísima clientela que la entidad tiene en Córdoba y Jaén, y que ha demostrado una fidelidad a prueba de bombas. Incluso, los conserva, pese a que también tienen un reverso negativo, ya que se asocian a lo sucedido en Cajasur. Su mala gestión hizo que tuviera que ser intervenida por el Banco de España y aún arrastra fuertes pérdidas —950 millones hasta septiembre—.
Ahora bien, el primer día de actividad sí trajo consigo un cambio de peso en el organigrama de la nueva entidad. Tal y como avanzó ABC, Cajasur echó a andar con Carlos Pla como su presidente. El hasta ahora director general ha sido ascendido y sustituye a Xabier de Irala, quien permanecerá en el consejo de dicho banco. De Irala ocupó el puesto en septiembre y su nombramiento fue un reconocimiento a su labor al frente de la caja vizcaína durante seis años. Pla es un reconocido profesional del sector que ha desarrollado prácticamente toda su carrera en el seno del BBVA. El presidente de la entidad de ahorros vizcaína, Mario Fernández, lo fichó en agosto para que fuera el hombre fuerte de su proyecto en Córdoba.
Cajasur comunicó ayer este nombramiento a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Informó de que la decisión se tomó en un consejo de administración de dicha entidad que tuvo lugar este sábado.
En el citado foro, del mismo modo, se acordaron cambios en la composición del máximo órgano de gobierno, que finalmente estará formado por diez personas. A los ya reseñados Pla y e Irala les acompañarán tres altos directivos de BBK: Ignacio Sánchez-Asiaín, director general de Negocio Bancario de la caja vasca; Alicia Vivanco, directora general de Financiación de Proyectos y Participadas, y Francisco Javier García-Lurueña, subdirector general de Control y Planificación. A ellos se unirán Carmen Gallastegui, ex consejera de Economía del Gobierno Vasco; Emiliano López; Juan José Arrieta, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y director general de Caja Laboral de 1990 a 2007; Ignacio Echeberria, ex presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao, y Javier ngel Guezuraga.
El consejo también acordó el sábado la creación de una comisión ejecutiva que llevará el día a día del banco. Estará integrada por Pla, Sánchez-Asiaín, Vivanco y García-Lurueña.
Igualmente, en dicho cónclave se dio luz verde a la ampliación de capital de la nueva entidad. BBK, su único accionista, ha invertido para ello 800 millones. La operación consistió en la emisión de 800.000 acciones nominativas de 1.000 euros cada una que suscribió y pagó en su totalidad la caja vizcaína. Así, el capital total del banco queda en 818 millones.
Fundación y plantilla
Igualmente, entre los acuerdos tomados, figura el cambio de denominación oficial de «BBK Bank» a «BBK Bank Cajasur».
Con la andadura de la nueva entidad ya iniciada, quedan por conocer dos cuestiones clave. Una es cómo será su fundación, que sustituirá a la Obra Social. La otra estriba en que la caja vasca debe cerrar aún el acuerdo laboral que fije cuál será la reducción de la plantilla del banco, que en la actualidad tiene 2.948 trabajadores.