«La noticia es Jesús», proclamaba uno de los representantes de la Iglesia Evangelista que se dieron cita en el Boulevard del Gran Capitán. Ellos, que se reunían para predicar su palabra, se toparon con un grupo de esforzados periodistas que hacían guardia en la puerta de la sede del Grupo Prasa desde primera hora de la tarde. Evidentemente, para éstos, la noticia estaba más centrada en Aldama y la venta del Córdoba.
El caso es que desde primera hora de la mañana empezaron a gestarse todo tipo de movimientos. Por el despacho de José Romero aparecieron el vicepresidente Prieto y Francisco Herrera, secretario del consejo de administración. Ellos sólo supusieron el principio de una jornada muy intensa, si bien la mayor cuota de protagonismo la acaparó el ex presidente Oviedo. Éste trató de pasar desapercibido por la mañana, aunque fue pillado. Sobre las 16:00, nuevamente se dio un garbeo por la puerta de la inmobiliaria antes de recoger a De Aldama en la estación. A esa hora, por cierto, los esforzados periodistas o hacían guardia o buscaban un establecimiento para comer. También desfilaron los protagonistas de la negociación como José Romero o Salinas, quien casi coincidió en la puerta con De Aldama.
Sin embargo, Oviedo seguía con el rol estelar. Salió hacia la estación para cambiar los billetes de De Aldama y su socio Gerardo Gutiérrez con el fin de que pudieran coger el último AVE a Madrid. A Ovierdo le llovió una lluvia de flashes al tiempo que reconocía que «está casi hecho». Su salida generó la expectación de muchos transeúntes, que preguntaban «¿A qué famoso esperan?». Incluso, hubo una señora que interrogó a Oviedo y éste le respondió «no soy nadie». A su regreso, más preguntas como si sería el nuevo presidente y contestó con un «puede ser». Eso levantó todo tipo de especulaciones entre muchos aficionados que estaban por allí.
Pero la historia contó con muchos actores secundarios, quienes pasaron ayer por pura casualidad o por pura casualidad. Por ejemplo, se dieron cita, entre otros, Antonio Rodríguez Carretero, el mítico jugador José Luis Navarro o el agente FIFA Manuel Pericet. Todos con una duda, con un interrogante: la noticia. Ni que decir tiene que era la venta del Córdoba y De Aldama.
