La negativa el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos, para permitir a España el almacenamiento privado de aceite a fin de aliviar de su profundo agobio al sector olivarero español ha sentado como un jarro de agua fría entre los productores.
Fue el pasado lunes, y, en opinión del secretario general de Asaja-Córdoba, Rafael Navas, eso es significativo «del poco peso que tiene ahora mismo la política española dentro de Bruselas», muy a pesar de las palabras alentadoras de la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, quien en varias ocasiones lanzó un mensaje de tranquilidad al respecto a los agricultores. Y es que, según Navas, «si lo hubieran solicitado los franceses o los italianos nosotros dudamos mucho de que la respuesta hubiera sido negativa».
Tanto el responsable de Asaja-Córdoba como el secretario general de UPA en Córdoba, José Luis Gutiérrez, insistieron en que el almacenamiento privado de aceite demostró hace tres temporadas que fue una fórmula positiva para que los precios repuntaran «un poco» y se salvara en algo la campaña. El problema es que, actualmente, producir un kilo de aceite en el 75 por ciento del olivar cordobés supone entre 2,20 euros y 2,50 euros, cuando a la hora de comprarlo «se le paga al agricultor por debajo de los 2 euros», abundó Gutiérrez.
Precios según olivar
Según el líder de la Unión de Pequeños Agricultores en Córdoba, la provincia tiene entre cuatro y cinco tipos diferentes de olivar, y, así, existe un 25 por ciento de la superficie perfectamente modernizada, con plantaciones nuevas, más competitivas y en extensivo, donde el coste de producción se sitúa en torno a 60 ó 70 céntimos. Pero en el resto, donde no hay ayudas a la producción, el olivarero «necesitaría que le pagaran el kilo de aceite entre 2,5 y 3 euros para que pudiera vivir del olivar». Y ya dentro de ese 75 por ciento, hay un 25 ó 30 por ciento que está ubicado en plena Sierra, donde el kilo producido puede alcanzar incluso los 3 euros, con lo que «resulta ya una ruina».Eso es lo que va a llevar a que en esta campaña, al igual que ocurrió el pasado año con los cítricos, «haya olivareros que van a dejar la aceituna sin recoger en el árbol», añadió Gutiérrez.
En el caso de que la Unión Europea hubiese permitido el almacenamiento privado tras la petición de Aguilar —cuestión que sí parece dispuesto a hacer, por ejemplo, con la carne de cerdo—, los productores calculan que con unas 300.000 toneladas de aceite de oliva retirado del mercado hubiera bastado para que los precios repuntaran por encima del coste de producción. Eso implicaría alrededor de 240.000 toneladas en toda Andalucía, de las que unas 48.000 corresponderían a la provincia de Córdoba.
«No entendemos la razón de que el comisario rechazara el sistema del almacenamiento privado, porque el reglamento que lo regula habla claramente de la posibilidad de que se aplique a partir de unos determinados precios o cuando haya alteraciones graves del mercado, y es el caso que nos afecta», añadió Rafael Navas, quien explicó que esa alteración se nota en el hecho de que está saliendo aceite como nunca para la exportación, aumenta el consumo interior de este producto y, sin embargo, los precios están bajando.
Tanto Asaja como UPA consideraron que, en materia de aceite, la Comisión está favoreciendo «intereses de otros países que pesan más que España en este tema o, seguramente, hay algunos lobbies que están interesados en que esto no ocurra para favorecer los movimientos especulativos y muchos de ellos no están en nuestro país», en palabras de Navas.
Por ello, el responsable de esa patronal agraria consideró necesario que en la negociación de la nueva PAC se incluya una fórmula clara que active el mecanismo de almacenamiento de forma automática y no solo coyuntural.
Y es que, para Gutiérrez, «se recurre al almacenamiento cuando estamos ya al borde del precipicio y el salvavidas llega siempre tarde». Entre tanto, «»los especuladores juegan con que conocen bien la capacidad de almacenamiento de cada cooperativa y saben cuándo apretar y cuándo aflojar con los precios, provocando los famosos dientes de sierra». En este sentido, ambas patronales vieron con buenos ojos la necesidad de que las cooperativas concentren también la oferta con fusiones. Además, el responsable de la UPA apuntó que la situación está favoreciendo que muchos agricultores vuelvan a mezclar todas sus aceitunas en el mismo remolque —las de árbol y suelo— reduciendo la calidad final, por lo que la postura de la Comisión Europea «va en contra del aceite de oliva virgen extra».
Por el momento, la campaña va a buen ritmo y sólo queda por recoger la zona de la Subbética, que se rematará en marzo. «La calidad es muy buena, pero la cantidad podría ser entre un 8 y un 10 por ciento menor de lo que se calculó», señaló la UPA.
