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BBK Bank Cajasur, al desnudo

En un documento de 40 folios remitido al Banco de España, la entidad vasca desviste su operación ante el mercado y diagnostica con precisión de médico el estado de un enfermo llamado Cajasur, más vivo que muerto

Día 06/02/2011

Hace unas semanas, BBK remitió al Banco de España un documento informativo con el que daba cumplimiento al órgano supervisor ofreciendo datos a los mercados sobre la operación de Cajasur, los efectos de su integración (BBK Bank Cajasur SA) y los grandes indicadores tras la compra.

El documento, de unas cuarenta páginas, hace un diagnóstico basado en un análisis de los expertos de BBK más el de otros independientes, en contraste con operaciones del sector, la mirada del FROB y los stress testdel propio Banco de España (donde la caja vasca salió aún más reforzada en escenarios de duros ajustes económicos). El informe desnuda las entrañas de una compleja operación antes, durante y después, pero alaba la potencialidad de la caja cordobesa en el nuevo contenedor. Casi a modo de enfermo en franca recuperación, con un tratamiento duro que se antoja eficaz y necesario a medio y largo plazo.

Este informe, al que ha tenido acceso ABC, aporta cuatro trazos gruesos que definen el estado del paciente. BBK ve a Cajasur como «una oportunidad en el largo plazo y dos riesgos de ejecución». La cordobesa es una entidad muy local, con el 39% de las sucursales en la provincia, porcentaje que se eleva al 54% si se suman Córdoba y Jaén, y al 90% en Andalucía. La caja vasca encuentra una «oportunidad de crecer haciendo banca local» a partir de una entidad con un «excelente posicionamiento local».

Pero Cajasur responde, según el análisis, a una entidad «infraexplotada» donde la ratio de productos financieros por cliente es de 3,5 frente a los 4,2 de la caja vizcaína, que cuenta con algo más de un millón de clientes frente a los 718.000 de la cordobesa. Cuando se habla de tres productos por cliente, basta una cuenta corriente, la domiciliación de una nómina o pensión o una simple tarjeta de crédito. Los productos dejan comisiones a las entidades financieras, y en esa ratio mientras BBK tiene un 46% de su margen financiero por comisiones, en Cajasur es del 22%. No sería lo mismo esos tres productos señalados que sumar un plan de pensiones, un depósito o un seguro. Los clientes de Cajasur son muy fieles, pero se les puede sacar más partido.

El riesgo se acrecienta cuando, según este informe, hay un «exceso de recursos notable que requiere una importante reestructuración». Por ejemplo, en la compra de Cajasur, de partida, BBK ha obtenido negocio positivo. ¿Qué quiere decir esto? Ha comprado una entidad cuyos depósitos representan el 67% de la cartera que ya tenía la caja vasca, y cuyos préstamos a clientes suponen el 60% de la crediticia. Hay un 7% de diferencia en ahorro que queda en el balance conjunto y que no sale vía préstamos. Con todos los riesgos, hay un 7% de negocio en la simple cesión de activos y pasivos de una a otra entidad.Eso sí, en la otra parte de la balanza, el exceso de personal y red comercial detrae esa ventaja inicial. La plantilla de Cajasur representa el 114% de la de BBK, que tiene 300.000 clientes más, mientras que su red de sucursales es el 115% sobre la de la caja presidida por Mario Fernández. Dos redes que no se solapan, prácticamente.

La promoción inmobiliaria es la segunda parte del riesgo detectado por BBK. A finales de septiembre pasado, el porcentaje de inversión crediticia en promotores y construcción de la enseña vizcaína era del 12%. En Cajasur ascendía al 28,4%. Claro que la media del sector tampoco estaba muy lejos: 27%. No es raro que en este ejercicio de estriptis al que ha sometido el Banco de España a todo el sector financiero hayan aflorado 93.000 millones de créditos en esta situación.

Frente a este panorama, los nuevos responsables de Cajasur han avanzado una evolución del negocio muy óptima. Choca, a simple vista, que se planteen ganancias estimadas en 1 millón y 38 millones de euros para 2011 y 2012, respectivamente, y hasta de 97 millones de euros en 2015 cuando hace apenas dos meses se cerraba un ejercicio nefasto en la entidad cordobesa con pérdidas de 1.100 millones de euros. Los resultados consolidados de todo el grupo financiero se duplicarían en 2015 con 500 millones de beneficios, para más inri.

La hoja de ruta de BBK apunta a un plan de reducción de costes, una mejor gestión del riesgo asumido y la potenciación de las redes comerciales como herramientas para llegar a esos números sin muchos más circunloquios. «Nuestro objetivo es mantener la cuota de mercado local consiguiendo los ratios de gestión de BBK; la franquicia de Cajasur en su mercado es incluso mayor que la de BBK en el suyo», dice la entidad vasca.

El acuerdo laboral alcanzado con todos los sindicatos el pasado 15 de enero es un gran paso en esta estrategia. De entrada, sobre la matriz habría 428 prejubilaciones, 130 bajas incentivadas y hasta 110 reducciones de jornada coyuntural. Un tope de 668 empleados sin contar el grupo de empresas y la Obra Social que permitirían alcanzar un ahorro de 42 millones de euros ipso facto. Dos tercios de estas salidas podrían producirse este mismo año. Marzo será clave para ver el grado de adhesión al plan.

BBK ampliará, no obstante, en 8 millones de euros ese ahorro según sus planes, que ha calculado en base a 2009, donde había unos gastos de personal de 168 millones de euros que dejará en 118 en 2013. De esos 8 millones hay tres que ya ha conseguido con los ajustes de los antiguos rectores de Cajasur en 2010 —gran parte de los despidos de alta dirección que ya ha habido—. Los cinco restantes se imputan al grupo (empresas y Obra Social con toda probabilidad).

El ahorro no se para en personal sino que afecta a otros gastos en un volumen de hasta 30 millones de euros (la mitad se pretende ejecutar en 2011), un tercio de la partida que había en 2009, y que se llevará a efecto, principalmente, mediante la negociación con proveedores, la integración de sistemas informáticos (para marzo de 2012) y la racionalización de oficinas (junio de 2011).

A estos 80 millones en ahorro hasta 2013 se le suman la política de control del riesgo y la relajación paulatina y obvia en las exhaustivas provisiones que se han acometido para cubrir esos riesgos inmobiliarios; a menos que la red comercial coja ritmo es más que probable que esas estimaciones de resultados positivos vayan saliendo sin mucho más esfuerzo.

A finales de 2010 había provisiones constituidas en Cajasur por 2.689 millones de euros: 1.587 millones sobre los créditos a la clientela, 516 millones sobre adjudicaciones y existencias (viviendas en cartera, suelos,...), por ejemplo. Provisiones que ya contienen el esquema de protección de activos solicitado al FROB en su día (352 millones) y los créditos fallidos. Ello, teniendo en cuenta que Cajasur ha devuelto los 800 millones de euros que puso el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) —repuestos por BBK el 3 de enero de 2011— y que más del 45% de los activos que estaban puestos a la venta para todo 2010 se han enajenado en el último trimestre del ejercicio.

Afán minorista

En la tercera herramienta, la comercial pura y dura, habrá también una reorientación de objetivos. En el primer mes en que BBK ha tomado las riendas absolutas se ha repetido mucho el mensaje de apoyo a pymes y particulares. Volver a hacer banca minorista. En este sentido, no extraña que en el documento enviado al Banco de España se hable de una «reducción de la inversión crediticia, centrándonos en particulares y pymes, saliendo de modo gradual del riesgo inmobiliario por gestión adecuada de los precios». Mucho que ver esto último con la depreciación de todos los activos inmobiliarios que las cajas y bancos han tenido que tragarse (y están fagocitando) y con la operatividad de sacarlos del balance a través de los llamados «bancos malos» y enajenarlos en mayor medida.

Así, en los próximos cinco años la inversión crediticia podría reducirse en casi un tercio sobre la que había manteniendo la ordinaria (el crédito al particular, al autónomo, al pequeño empresario...) y rebajando más sensiblemente la intoxicada por el ladrillo. La duda es, en un contexto de constantes reclamaciones empresariales a todos los estamentos para que se abra el grifo crediticio: ¿se puede pescar sólo peces pequeños obviando a los grandes con sus ventajas e inconvenientes...? En el lado del ahorro, la mirada también se centrará en el pequeño ahorrador pero rebajando en la misma proporción anterior el total de pasivos. En el próximo lustro, el margen que dejarán los clientes (incluidas comisiones) irá de menos a más. Bajará de 309 millones en 2010 a 246 presupuestados en 2011 para remontar a 292 en 2015. Hay que recordar que estas cifras son estimaciones que pueden fluctuar.

En todo este diagnóstico, la radiografía más severa es la que ofrece el estado del punto que origina la enfermedad (o, al menos, uno de ellos). A 31 de diciembre de 2010, el riesgo promotor y de la construcción en el crédito alcanzó en Cajasur los 2.731 millones de euros, aunque verdaderamente, el considerado problemático tocaba al 75% de esa cantidad. Esto es, se reconocían 598 millones de riesgo subestándar, por ejemplo, crédito sobre suelos urbanizables a muy largo plazo o existencias que no se sabe muy bien aún cuando saldrían del balance, pero cuyos vencimientos tienen fecha clara. Los créditos que se dan por perdidos (dudosos) llegaban a 1.502 millones de euros.

Este «regalo envenenado» en la cuenta del Grupo BBK se va a digerir. O eso al menos reflejan los números aportados al Banco de España. Si a finales de 2010 BBK contaba con un core capital(reservas más capital sobre activos) del 16,5%, frente al tope legal del 6% que ahora se elevará al 8% ó el 10% en el caso de las cajas, con Cajasur en su seno, este coeficiente de solvencia baja al 10,1%, y sigue estando por encima de los planteamientos que está exigiendo el Gobierno. Además, la entidad prevé que para finales de este año remonte al 11%. Y todo ello, «sin ayudas del FROB a devolver, con la pérdida esperada y dotada de Cajasur y con un exceso de capital de 2.050 millones tras la integración», argumentan en su informe.

La exposición al riesgo promotor (el préstamo que tiene como finalidad promover o construir en el sector inmobiliario) en el Grupo BBK queda con 3.574 millones de euros de los que un 70% (2.509 millones) se clasifica como dudoso y subestándar. Aún así, este bloque de créditos (casi un 90% con garantía hipotecaria) supone el 10,4% de toda la inversión crediticia sin los activos promotores, la tasa más baja de todo el sector en estos momentos, donde hay puntas del 31,3% como en el caso de Caja Duero y Caja España. Su cobertura, integrada Cajasur, estaría en el 65% (del 110% anterior de la entidad vasca) y la ratio de mora del grupo se situaría en el 9,03%, desde el 2,57%.

Pudiera decirse, pues, que desnudos ante el mercado y el Banco de España mantienen una posición muy altanera. Haciendo acopio de todas las vías de obtención de liquidez posibles, BBK maneja una bolsa de 9.100 millones de euros que cubriría todos los vencimientos mayoristas hasta más allá, recalca en su informe, de 2017. Quien sabe si para entonces hay o no crisis y BBK no ha crecido más.

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