Córdoba

Córdoba / TRIBUNA ABIERTA

El empeño de renunciar a la cultura cordobesa

Día 15/03/2011 - 09.14h

RESULTA paradójico que una ciudad como Córdoba, que aspira justamente a obtener la capitalidad cultural europea en el año 2016, renuncie a sus propias señas de identidad que durante siglos la convirtieron en un verdadero crisol de culturas sobre el que se vertebró su actual configuración como ciudad que aúna en su presente vestigios de siglos que debieran ser sus más sólidos cimientos de futuro.

Pero no acaba la primacía de Córdoba en sus siglos de esplendor musulmán, ni en los años posteriores de reconquista, los cordobeses siguieron dejando rastros de su impronta en la conquista de América, siendo don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, el Primer Virrey español. Fray Juan Infante el primero en celebrar Misa en tierra conquistada, Gerónimo Aguayo el primero en traer del nuevo continente las semillas de cereal, y el bisabuelo de Miguel de Cervantes, D. Juan Díaz de Torreblanca, el primer médico que ejerció como tal en el Nuevo Mundo.

Y Córdoba nos ha dejado los Califas del Toreo, los lienzos de Romero de Torres y más recientemente las escenas costumbristas de Mariano Aguayo; y Córdoba se abre al mundo como una ciudad bella, solemne con todos sus vestigios y su historia latiendo al compás que marcan su Mezquita-Catedral y Medina Azahara, la Judería y la Sinagoga, el Palacio de Viana y la Torre de Calahorra, el Puente Romano y su Cristo de los Faroles.

Pero a Córdoba hoy le falta algo, algún político avezado ha olvidado una porción muy significativa de la historia, la tradición y por ende de la cultura de la ciudad, y me refiero a todo lo que concierne a las Caballerizas Reales y al nacimiento de la raza más emblemática de Caballos que España jamás haya tenido.

Quizás estos políticos hayan confundido cultura, con cualquier otra cosa, porque que un informe de la Gerencia de Urbanismo condene el futuro de las Caballerizas Reales de Córdoba, expresando que el uso para el que fueron creadas en el siglo XVI no es de «interés público», sólo se puede defender desde la ignorancia y desde la falta de respeto a la memoria histórica de una ciudad. Pero, ¿me puede decir alguien cómo han evaluado ese criterio tan abstracto que al final se convierte en un cajón de sastre para que cada cual acabe haciendo lo que le de la gana?

A estos ¿cordobeses? que han decidido hacer un parque arqueológico, quizás convenga sugerirles que den un paseo por la ciudad, que toda ella es un museo con las puertas abiertas, llena de vestigios y monumentos centenarios, a la vista de todo aquel que tenga sensibilidad y que nunca podrán encorsetarse entre las paredes de un espacio restringido..

Tampoco estaría de más, recordarle a algún político del cabildo cordobés y a sus egregios y doctos asesores de urbanismo, que las Caballerizas Reales de Córdoba se levantaron por mandato de Felipe II para crear la raza de caballos que más lustre ha dado a nuestro país durante 5 siglos, el Caballo de Pura Raza Española, el regalo más preciado que hicieron los reyes de España, y al que se ha conocido desde entonces como «El Caballo de Reyes». Allí en Las Caballerizas, las manos más expertas reunieron las mejores yeguas y los más selectos sementales que poblaban las fincas ubicadas a ambas orillas del río Guadalquivir, dando origen a un Raza de Leyenda, que para orgullo de la ciudad de Córdoba, fijó su impronta racial al pie de los Alcázares Reales.

Y ese rédito histórico y cultural se quiere tachar de un plumazo urbanístico, que es lo que está en boga en esta España nuestra, desconociendo que las ciudades que olvidan su pasado, por mor de políticos ignorantes o desmemoriados, no tienen derecho a tener la capitalidad de nada y mucho menos de la Cultura.

El futuro de las Caballerizas debe ir de la mano del futuro de aquella raza que las vio nacer, el caballo español de Córdoba que siempre ha tenido un reconocimiento universal. Así estaba previsto con la creación de Córdoba Ecuestre. De hecho los mismos políticos que ahora blanden excusas de «interés público» nacidas del sesudo trabajo de ínclitos asesores, gastaron cantidades de dinero significativas en hacer publicidad de Córdoba Ecuestre y de los espectáculos que en las Caballerizas se iban a llevar a cabo. Las estaciones de AVE han sido mudos testigos de lo que expreso, pero es que al parecer algún avezado primero hace el gasto, después realiza los estudios de «interés social», y después llega a la conclusión de que ha tirado el dinero en publicitar lo que ya no va a ser, tras jugar con las ilusiones de cientos y miles de cordobeses.

No sé si todavía se está a tiempo de deshacer el entuerto, pero en cualquier caso quisiera acabar este artículo remarcando lo que ya se ha señalado, lo que para todos debiera ser una evidencia. Córdoba es una ciudad monumental, y entre sus monumentos debe estar por méritos propios el Caballo Español que nació y se formó en las Caballerizas Reales, que siempre, y ahora con más razón que nunca, debieran seguir albergando a la raza equina que también contribuyó a prestigiar el nombre de Córdoba; y eso también forma parte de su bagaje cultural.

JAVIER CONDE CERRATO ES PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE CRIADORES DE CABALLOS DE PURA RAZA ESPAÑOLA

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