IU arremetió ayer contra el obispo, Demetrio Fernández, por haber realizado visitas a centros públicos de Educación Infantil y Primaria. La diócesis desmontó rápido la polémica: el prelado acudió a todos los colegios con permiso de sus consejos escolares, siguiendo las instrucciones que le dio la Delegación de Educación para poder realizarlas y sin generar ninguna controversia.
El parlamentario de IU por Córdoba, José Manuel Mariscal, y el responsable provincial de Política Institucional de la coalición, Manuel López Calvo, comparecieron sólo para arremeter contra las visitas de monseñor Fernández a los centros públicos en horario lectivo. Mariscal, también líder andaluz del Partido Comunista, calificó el asunto de «escandaloso». Y sostuvo que una circular de la Delegación de Educación pidió «colaboración» para que el obispo acudiera a los colegios.
Preguntas al consejero
Sin embargo, dicha acta, según recoge Europa Press, únicamente indica que la visita debía ser aprobada por el consejo escolar de cada centro y que «afectará exclusivamente al alumnado que curse religión».
Pese a que, tras facilitar a los medios el documento, sus acusaciones empezaban a desinflarse, Mariscal y López Calvo se enrocaron en sus críticas. Aseguraron que ha habido «casos» en los que se obligó a escolares que no dan religión a ir al acto con el prelado y que ha habido colegios donde el debate sobre la visita ha provocado enfrentamientos entre padres. Se negaron a dar los nombres de los centros donde se habrían dado estas situaciones.
Más locuaz fue Mariscal al anunciar una batería de preguntas al consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, sobre este tema. En una, le pedirá su valoración sobre que el prelado acuda a los centros públicos de forma «similar a deleznables épocas pretéritas» que evocan «fotos en blanco y negro de obispos bendiciendo a los alumnos y repartiendo hostias en clase».
Sugirió a la Delegación de Educación «ideas alternativas» como que de «forma sistemática y permanente» representantes de PSOE, PP e IU pudieran explicar a los alumnos «en qué consisten la democracia, las instituciones...». «Y que no fomente que visiten centros educativos representantes de una entidad privada por la Iglesia cuyos valores distan mucho de los democráticos que tenemos actualmente», añadió.
Para IU, si monseñor Fernández tiene que acudir a los colegios, debe hacerlo en horario extraescolar.
Fuentes del Obispado desactivaron la polémica con sus explicaciones. Primero, indicaron que el prelado estaba realizando desde el inicio de 2011 una serie de desplazamientos para conocer distintos puntos de la geografía de su diócesis. En ellos, se realizan distintas visitas; entre ellas, a colegios, siguieron dichas fuentes, «públicos, privados, concertados y concertados no religiosos cooperativas». Y ya ha estado presente en más de treinta centros.
Además, antes de emprender su periplo, explicaron estos interlocutores, el Obispado mostró mediante carta el 1 de octubre a la Delegación de Educación su deseo de acudir a los colegios públicos.
Dicha Delegación le remitió un escrito días después en el que le informaba de que, de acuerdo al artículo 120 de la LOE (Ley Orgánica de Educación) y al 125 de la LEA (Ley de Educación de Andalucía) y los decretos que desarrollan estas normativas, son los propios centros los competentes para dar el visto bueno a este tipo de actos a través de sus respectivos consejos escolares.
Así, «con la autorización de los colegios», monseñor Fernández hizo las visita. Y, como recordaban desde el Obispado, «no tenemos constancia de que hayan generado ninguna tensión»; más allá de que «algún miembro de la comunidad educativa demostrar algún tipo de desagrado». «No ha pasado de ahí. Hay padres y profesores a los que no haya podido agradar, pero también es cierto que en el Obispado se han recibido muchos comentarios y cartas de padres, alumnos y docentes agradeciendo la presencia de monseñor Fernández», recalcaron. De hecho, incidieron en que «han sido más de treinta centros educativos los que ha visitado el obispo y se siente extrañado por esta situación, porque en ellos no ha recibido más que felicitaciones y muestras de cariño».
Estos interlocutores aseguraron que en el Obispado «nos entristece que en un estado democrático y aconfesional monseñor Fernández no pueda visitar un colegio, pese a tener permiso para ello».



