Córdoba

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Mano a mano del cante y el poema

Pablo García Baena y Fosforito, unidos en el Gran Teatro para reivindicar la unión entre el flamenco y la poesía

Día 06/04/2011 - 09.21h

El poeta Federico García Lorca escribió en 1922: «Una de las maravillas del cante jondo, aparte de la esencia melódica, consiste en los poemas. Causa extrañeza y maravilla cómo el anónimo poeta del pueblo extracta en tres o cuatro versos toda la complejidad de los más altos momentos sentimentales de la vida del hombre». De este modo, flamenco y poesía, poesía y flamenco, se dan la mano a lo largo de los siglos. El cante hunde sus raíces en los versos, mientras que muchos poemas han marcado su ritmo al compás del flamenco.

Anoche, dentro de la programación de Cosmopoética, el Gran Teatro de Córdoba fue el escenario de una nueva reivindicación del vínculo entre ambas expresiones artísticas de la mano del poeta Pablo García Baena y del cantaor Antonio Fernández Díaz «Fosforito». O lo que es lo mismo, del Premio Príncipe de Asturias de las Letras y de la Llave de Oro del Flamenco.

A ambos les une una grata y sincera amistad que se remonta a 1956, año en que el poeta glosó la hazaña de Fosforito al conseguir todos los primeros premios del I Concurso Nacional de Cante Jondo (más tarde conocido como Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba). Precisamente, el texto de García Baena, publicado en la revista «Caracola» en junio de 1956, fue la pieza escogida por el poeta para su intervención de anoche. «Si volvemos al viejo tema lorquiano de la musa, el ángel y el duende, la voz de Fosforito pelea broncamente —como Jacob— con el ángel del frío, esquiva en gracia el plegado armonioso de la musa y se entrega tronchada, balbuciente, enfebrecida, al deseo negro del duende», recitó García Baena, unas palabras que acompañan al cantaor desde aquel debut.

Momentos antes del acto, Fosforito explicaba que la de anoche era una oportunidad para demostrar que el poeta, al que calificó de «figura», no se equivocó. Acompañado por el guitarrista Antonio Patrocinio, sobre el escenario, el cantaor optó por una propuesta muy didáctica, «como a mí gusta», en la que mediante el cante y la palabra fue guiando al público sobre la íntima unión entre el flamenco y la poesía. «Están unidos de siempre. Los poemas están escritos para ser cantados y el cante sin poesía no tiene sentido».

En el repertorio escogido por el cantaor estaban los versos de Góngora, Gustavo Aldolfo Bécquer y Manuel Machado, entre otros, que Fosforito alternó con un diálogo sobre los fundamentos del cante. Dejando eso sí espacio para la improvisación pues, como señaló: «el cante hay que inventarlo cada día y depende del momento».

Reencuentro esperado

Por su parte, Pablo García Baena recordó los versos del poeta Manuel Machado para describir la unión entre la poesía y el flamenco: «Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor».

Cantaor y poeta se reencontraron anoche por primera vez desde que Fosforito recibió la Llave de Oro del Flamenco en octubre de 2005, por lo que el acto del Gran Teatro tuvo un significado particularmente especial para ambos. García Baena y Antonio Fernández Díaz tomaron así el relevo al desaparecido Enrique Morente y al poeta Luis García Montero, que fueron los encargados de reivindicar el vínculo entre ambas artes en la pasada edición de Cosmopoética.

Una cita de lujo con la que el Festival de Poesía de Córdoba dio la bienvenida a los días grandes del encuentro de poetas del mundo en la capital.

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