Las redes sociales se están consolidando como las nuevas plataformas para la comisión de «ciberdelitos» protagonizados por menores. Y este fenómeno va en aumento. Así lo pone de manifiesto la Fiscalía en su memoria anual de 2010, en la que alerta de que muchos de estos pequeños infractores apenas superan los 14 años, «aún estando vedado para ellos» el acceso a foros como Facebook o Tuenti, ya que «hay una aceptación generalizada de que no supone peligro alguno», destaca el informe. Así, los delitos más comunes en la red son las amenazas y coacciones «entre niños que se conocen dentro del círculo escolar».
Aunque, en la mayoría de los casos las infracciones cometidas no revisten excesiva gravedad, si hay otras conductas —fuera del ámbito de Internet— que siguen precisando mano dura cuando los autores son inimputables. De este modo, el Ministerio Público cordobés sigue insistiendo en la necesidad de rebajar la edad en materia de responsabilidad penal de los menores en los casos de delitos importantes.
Pese a este repunte, las diligencias preliminares iniciadas por el Ministerio Público, esto es, investigaciones previas cuya función principal será la de confirmación de la «noticia criminis», descendieron. Así, durante el pasado ejercicio se contabilizaron 2.758, frente a las 2.933 del ejercicio anterior. En cuanto a los expedientes de reforma incoados, se registraron 723, mientras que un año antes fueron 818.
En toda Andalucía se interpusieron en 2010 un total de 1.741 medidas, 79 en régimen cerrado (62 en Córdoba); 972 en semiabierto; 77 en terapéutico y otros 46 en abierto.
En lo que respecta a la actuación de Menores en el ámbito de la protección, cabe reseñar su intervención en los casos de absentismo escolar. Se incoaron 28 diligencias, de las cuales 14 concluyeron con su archivo, una sigue en trámite y se interpusieron 16 denuncias. Esta última cifra supone casi el triple de las demandas registradas en 2009, que fueron seis.
En el capítulo de los internamientos, la Fiscalía plantea el problema al que tienen que enfrentarse con los niños rumanos. Y es que está prohibida la adopción internacional de estos menores, por lo que están condenados a permanecer en un acogimiento familiar totalmente inestable, «en cuanto nunca podrá ser un acogimiento pre adoptivo, o a estar residenciado durante su infancia o adolescencia», señala el informe.
