Gurú de la gestión cultural, Cristina Ortega, la jurado «contaminante», supo bien qué teclas había que tocar para mejorar el dossier donostiarra
Día 17/07/2011 - 09.39h
Mapas culturales. Sí. Cristina Ortega Nuere, la gurú cultural que está en el centro de la diana de la Capitalidad Cultural 2016, posible juez y parte de la misma, escribió un libro sobre observatorios culturales que está considerado la referencia para organizar mapas de infraestructuras y eventos culturales en una ciudad. En suma, lo que se debe hacer con una Capitalidad Cultural europea.
Una de los trece integrantes del jurado que eligió la ministra Sinde en 2010 y que por mayoría superior a los dos tercios se decantó el pasado 28 de junio por San Sebastián, forma parte del Consejo Vasco de Cultura desde diciembre de 2010, órgano consultivo dependiente del Ejecutivo que preside Patxi López, del que cobra dietas, y que impulsó la candidatura donostiarra.
Doctora en Ocio y Potencial Humano, máster en Gestión de Ocio, con la especialidad en Gestión Cultural, licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Deusto y la Westminster University, directora de Proyectos de Innovación en Cultura y Ocio del Instituto de Estudios de Ocio y coordinadora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto. A todos esos guiones en su currículum hay que sumar la presidencia de la European Network of Cultural Administration and Training Centres, red auspiciada por la Unesco, y la coordinación del Grupo Europeo de Trabajo de Observatorios Culturales e Información y Conocimiento Cultural.
Estos días, ni su correo electrónico en Deusto ni su teléfono, ni ella misma en suma, están disponibles para ofrecer una versión sobre los hechos que desde el Ayuntamiento de Córdoba se le imputan a raíz de un anónimo con pruebas documentales de su participación en el dossier de San Sebastián, calificado por el jurado, o por sus compañeros y ella misma, como «excelente».
Nadie habla. Ni en los medios de comunicación donostiarras aparece su nombre en toda esta polvareda mediática y política. Ni su vinculación al Gobierno vasco. Sólo el vicerrector de Comunicación de Deusto, Roberto San Salvador del Valle, ha salido a la palestra para calificar de «nota interna» las sugerencias de Cristina Ortega a la candidatura y que constan en la documentación recibida por los ediles de Córdoba y Zaragoza de un anónimo desde Francia y que deben investigar ahora el Ministerio de Cultura y la Comisión Europea —aunque ayer mismo el secretario de Estado de Política Territorial, Gaspar Zarrías, endosó la patata caliente a Bruselas—.
A finales de septiembre de 2010, el jurado cribó a las las seis finalistas sabidas y motivó sus puntos fuertes y débiles. En el caso de San Sebastián, tras elogiar la puesta en escena, la valentía de abordar el problema del terrorismo y la inversión privada, hizo una objeción (la única, realmente). «El comité ha apreciado varias incoherencias en los sistemas de control y evaluación de la candidatura».
Dos meses más tarde, Cristina Ortega elabora un documento como propuesta de colaboración entre la Universidad de Deusto y la candidatura de San Sebastián 2016. Es uno de los famosos documentos creados en el ordenador bajo sus siglas («C. Ortega») y en los que daría ideas al proyecto que luego tendría que evaluar rigiéndose, a priori, por el juego limpio de su independencia y ausencia de conflicto de intereses.
Ortega Nuere planteaba en su presunto escrito apoyar a la candidatura a la hora de «desarrollar en esta segunda fase una mejora del sistema deevaluación y seguimiento del desarrrollo de la candidatura». Justo donde «su» jurado había dado un pequeño tirón de orejas. Sabedora de todo ello, esta experta cultural plantea establecer un sistema de evaluación propio a tenor de los conceptos que va a defender San Sebastián: «Tolerancia, convivencia, paz, etcétera...», escribe, «por lo que necesita la candidatura desarrollar otro sistema de evaluación complementario en el que creo que podríamos trabajar». Convivencia, paz y violencia, etiquetas muy subrayados por el presidente de «su» jurado el día de la elección final.
Si hubo algún pero más a San Sebastián en el primer corte de septiembre fue la poca elaboración del programa de actividades culturales a desarrollar a corto y medio plazo. ¿Qué propuso Cristina Ortega en su «nota interna» al respecto...? «Nuestra incorporación al proyecto podría ser en aquellas actividades que estén por diseñar...».