La cifra ha crecido un 11% con respecto a 2009 porque hay más familias colaboradoras
Día 29/08/2011 - 09.27h
No todos los menores que se encuentran en situación de riesgo y pasan a ser tutelados por la Junta residen en un centro. De hecho, la gran mayoría viven con familias de acogida, siendo esta fórmula de protección la más extendida, no sólo en Córdoba, sino en toda la región.
Según los últimos datos de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social en Córdoba relativos a 2010, un total de 245 menores se encuentran en hogares ajenos, lo que representa un 11 por ciento más que en 2009. Esto se explica, según la Junta, en el «incremento de colaboradores que se han incorporado al programa de acogimiento».
De los prepúberes que se encuentran en esta situación, el 44% (108) convive con su familia extensa, esto es, con allegados con los que existe una relación de parentesco (abuelos, hermanos o tíos), mientras que un 56% (137) lo hace con familias ajenas.
Matrimonios y solteras
El perfil de la familia acogedora es el de un matrimonio de aproximadamente 45 años de edad, aunque también participan mujeres viudas y solteras, aunque en menor medida. En cualquier caso, sólo hace falta que éstas tengan una motivación para dar el paso y decidirse a acoger en su hogar a un menor.
Así, teniendo en cuenta las características de cada familia, serán los técnicos los que, tras un exhaustivo estudio, determinen el tipo de acogimiento que podría llevar a cabo (de urgencia, que tiene una duración máxima de nueve meses; simple, que se amplía hasta un año; o permanente, que puede variar en función de las circunstancias).
Según el Ejecutivo autonómico, en acogimiento familiar se han invertido en torno a medio millón de euros (520.447 euros), destinados a cubrir los gastos que suponen a las familias el cuidado de estos menores.
Estas prestaciones ascienden a 274,78 euros al mes si se tiene en acogida a un menor; 219,8 euros si se tutela a un segundo —la misma familia— y 164,86 si se trata de un tercero.
Los factores que se tienen en cuenta a la hora de conceder las compensaciones están íntimamente ligados a la falta de los recursos económicos suficientes para prestar la necesaria atención al niño que se encuentra acogido.
También se conceden ayudas cuando la persona o personas que, por su especial disponibilidad y/o formación específica, bien acojan a un menor en situación de urgencia, bien con necesidades especiales o bien sujeto a alguna medida de acogimiento dictada por los jueces de Menores.
