Supongo que los que protestan contra los toros no leyeron la definición de un feto por Bibiana Aído
Día 27/09/2011 - 09.28h
...amigo Sancho», se pone en boca de Don Quijote cuando algo le sorprendía, y eso que no vivía en esta nuestra época ni en esta nuestra España. Se abren los ojos de asombro y estalla la cabeza al no poder almacenar tantas cosas y tan a diario. No se sabe por dónde empezar, pero en fin, hagámoslo por el fin de los toros en Cataluña, pero no se preocupen que no insistiré en lo que significa de pérdida de libertad y, sobre todo, de pisoteo a gran parte de los propios catalanes y a toda una nación. Ya habrán leído bastante.
Voy a algo más elemental como es la reiterada aparición ante la plaza de toros de Barcelona de ecologistas y defensores de los animales. Casi todos pintados de rojo para significar la sangre del toro, no la posible del torero, claro. O sea, que defensores de los animales pero menos, porque creo recordar que el Hombre también es un animal. Pero no iba a esto. Claman que están allí para evitar que el toro sufra, loable sentimiento, pero ¿por qué el entrevistador de turno no les pregunta alguna vez si son partidarios del aborto…? Apuesto a que todos menos uno (porque hay que dejar la puerta abierta a la excepción) son partidarios del aborto. No sé cómo ningún sociólogo ha estudiado el caso.
Supongo que los que protestan contra los toros no leyeron la definición de un feto por Bibiana Aído, insigne zoóloga, cuando era ministra de «Igualdad» (si lo llega a saber Don Quijote…): «un feto es un ser vivo pero no humano». Como no es ni una piedra ni un vegetal (aunque vaya usted a saber lo que podría decir Bibiana, no sabemos nada de sus conocimientos de Botánica; bien pensado, no sabemos nada de ninguno de sus conocimientos), no tiene más remedio que ser un animal. ¿Sufre ese animal cuando lo extraen del vientre de su madre y lo trituran? Parece ser que no chilla, pero ¿sufrirá? ¿Qué piensan los ecologistas y defensores de los derechos de los animales? ¿Se han manifestado ante las clínicas abortistas? ¿Se han pintado de rojo ante ellas? Algunas clínicas lo llegaron a practicar con el ciclo casi cumplido (cómo sería que algunas, incluso con este gobierno, aún están en los tribunales), es decir, más allá de lo que la bien preparada ministra decía que «no era humano». ¿Será humano el feto con sus nueve meses casi cumplidos…? ¿Sufrirá al matarlo, porque cualquier otra palabra para describir el hecho es un eufemismo?
Y, en estas, el eminentísimo y politiquísimamente correctísimo cardenal arzobispo de Barcelona defiende ¡desde el púlpito! el mantenimiento de la «identidad como pueblo» (catalán, por supuesto) y de que hay que mostrarles a los inmigrantes (¿incluyendo, quizá, a los «españoles»?) las bondades «nacionales». ¿Tendría en mente el aplastamiento de lo español como ínclita virtud «nacional»? ¿O quizá las inversiones de los administradores eclesiásticos de la iglesia “nacional” en clínicas abortistas, inversiones ya retiradas, dicen, a trancas y barrancas tras la presión vaticana…?
Cosas veredes, Sancho… Y por cierto, ¿sabrán los niños de hoy quiénes son Don Quijote y Sancho? Quédese esto para otra ocasión, que bien lo merece.


