Día 13/10/2011 - 09.22h
El comienzo del partido no respondió a las expectativas que había creadas en la grada. La afición, que ayer acudió en mayor afluencia que en ocasiones anteriores, hizo que se viviera un ambiente de gala (con charanga incluida).
Por parte del Córdoba CF, los no habituales disponían de una nueva oportunidad de reivindicar su titularidad pero, durante la primera parte, el juego no fue vistoso, se incurrían en innumerables imprecisiones y se disponía de poca posesión del balón.
Esto se acentuaba aún más en los metros finales, donde no se llegaba con la claridad necesaria para finalizar con éxito las jugadas y poder adelantarse en el marcador.
La SD Huesca, por su parte, venía con el tema bien estudiado y no dejaba maniobrar con facilidad a los jugadores cordobesistas, incidiendo en sus puntos débiles, hasta el punto de disponer de dos ocasiones clarísimas de gol para irse con ventaja al descanso. En la reanudación, el Córdoba CF se fue descaradamente a por la eliminatoria, logrando ponerse por delante en el marcador en una jugada de Charles, que hizo un control magistral para plantarse ante Jesús Cabrero y batirlo por bajo.
A partir de ahí, Quique Hernández movió el banquillo e introdujo algunas modificaciones tácticas y casi a la desesperada trató de igualar la eliminatoria. Fruto de ello fue el gol de Corona, incompresiblemente solo de marca, sobre la bocina y gracias al alargue innecesario de Amoedo Chas.
La prórroga le sobró a casi todos los presentes en el estadio, a los jugadores les aparecían los síntomas del cansancio, saliendo a relucir los calambres, las sobrecargas y la fatiga. Todos, incluidos los aficionados, deseaban, por eso de la lotería y la incertidumbre, la tanda de penaltis, en la que el Córdoba CF estuvo más acertado y se llevó el premio del pase a la siguiente ronda copera.
Ahora sólo queda esperar que el bombo no sea muy «caprichoso» y nos depare una eliminatoria, esta vez a ida y vuelta, con un «primera» (no europeo) que nos permita seguir disfrutando de esta competición y, que a su vez, reporte una inyección a la maltrecha economía del club.
