UN telón rojo sigue denunciando su falta desde hace casi 34 años, pero detrás de él ya no están el vacío, el lamento y los escombros, sino un futuro esperanzador que pronto será una realidad. El retablo de la iglesia de la Merced de la Diputación, una de las joyas del barroco de Córdoba, sigue paso a paso renaciendo de sus cenizas y dentro de pocos años volverá a alzarse reconstruido y recuperará su uso original.
Las sucesivas ediciones de la escuela taller continúan reconstruyendo su talla y sus imágenes y hace pocos días han terminado una de las más espectaculares, tanto por su calidad como por el lugar en que irá emplazada. Se trata de la imagen de San Rafael, custodio de Córdoba, que irá colocada presidiendo el cuerpo central de la construcción que un incendio intencionado redujo a cenizas en enero de 1978.
Francisco Aguilera, director de la escuela taller que comenzó llamandose La Merced y ahora se denomina Casa Palacio, explicó que reconstruye a partir de las fotografías que recuerdan el aspecto del templo. El trabajo ha corrido a cargo de los alumnos del módulo de imaginería y policromía que dirigen, respectivamente, Antonio Bernal y Elisa del Río.
Se trata, explicó, de una imagen en madera de cedro en que San Rafael aparece en su iconografía más tradicional, con el pez en la mano izquierda y el báculo en la derecha. A sus pies, el texto del juramento que hizo en mayo de 1578 al padre Andrés de las Roelas de ser el custodio de Córdoba. La imagen aparece con la cabeza inclinada al lado izquierdo y en ella es tan importante la talla como la policromía y el estofado.
De arriba a abajo
Siguiendo el estilo más propio del siglo XVIII, en que se hizo el original, la imagen presenta ricos estofados, tanto en la ropa como en las alas, un trabajo en el que el director hizo hincapié. El San Rafael está expuesto ahora en el templo aunque pronto se pondrá en el lugar que le corresponde: el centro del segundo cuerpo del retablo, un lugar preminente porque fue en ese convento donde, según la tradición, el arcángel se aparició al mercedario Fray Simón de Sousa.
La imagen, como todo el retablo destruido por el incendio, es obra del escultor cordobés Alonso Gómez de Sandoval, que lo acometió a partir de 1770. Francisco Aguilera explicó que con esta son ya seis las imágenes del retablo reconstruidas, si bien no todas ellas están en su lugar. Sí lo está la imagen que lo preside desde el ático, San Pedro Nolasco, fundador de la orden de la Merced.
En el segundo cuerpo figuran ahora dos imágenes, las de San Carlos Borromeo y Santa María del Socorro, que flanquearán a San Rafael cuando se coloque en su lugar. Con la incorporación del Custodio de Córdoba, esta parte quedaría completa, con lo que los trabajos se centrarían en el tercer y último cuerpo, «porque se ha hecho de arriba a abajo».
En esta parte figuran cinco imágenes, de las que dos ya están reconstruidas. Son San Raimundo de Peñafort y San Pedro Pascual. Su colocación depende, explicó Francisco Aguilera, de otra de las fases del proyecto, la reposición del banco de piedra. El fuego no la carbonizó, como pasó con la madera, pero sí se resquebrajó. En el futuro habrá que reconstruirla y, una vez que se cuente con la base, irán estas dos tallas y otras dos todavía por reconstruir, las de San Lorenzo y San Antonio Abad. También quedan unas pequeñas piezas de madera dorada, ya terminadas.
En el centro del tercer cuerpo hay ahora una duda, explicó Francisco Aguilera. Es el lugar donde tiene que ir la Virgen de la Merced, titular de la orden que fundó el histórico convento. Originalmente, la que presidía este lugar, y por lo tanto la iglesia, era una imagen de vestir. El historiador del arte Francisco Mellado, autor de una reciente tesis sobre el convento, explicó que la imagen data del siglo XVII aunque Gómez de Sandoval la restaura y le deja su impronta en los años en que está haciendo el retablo, lo que dio un aspecto no muy distinto de otras imágenes suyas, «como la Virgen del Carmen de San Cayetano». Se colocó en aquel lugar entonces, aunque en la década de 1960, por su deterioro, se retiró de la iglesia y pasó a una atarazana.
La Comendadora
En su lugar se coloco «a la Virgen comendadora», una imagen sedente, también de segura atribución a Gómez de Sandoval, que estaba en el coro, «donde era tradición que la tuvieran los mercedarios». Por eso aparece en las fotografías que sirven de base para la reconstrucción.
La intención era rehacerla, pero en 2006 apareció la imagen de vestir, que se restauró y el obispo Juan José Asenjo la bendijo el 24 de septiembre de 2007, como recuerda Francisco Mellado, que resalta que su retirada la salvó de las llamas. La Virgen, ahora repuesta al culto con el atributo de las cadenas propio de la orden redentora de cautivos, podría recuperar el lugar que tuvo y así ser la única pieza original del reconstruido retablo.
Son los trabajos de una escuela taller que está a punto de comenzar su décimocuarta edición y que desde 1988 ha trabajado en una de las piezas patrimoniales más lloradas de la Córdoba moderna.