Un día después, las reacciones políticasal debate protagonizado por Rajoy y Rubalcaba, seguido por 12 millones de personas, no se han hecho esperar y han vuelto a conformar el habitual cruce de acusaciones entre los dos partidos mayoritarios.
Para el presidente del PP en Andalucía, Javier Arenas, el candidato popular dio anoche «un paso de gigante en su camino por ser el presidente del cambio y la confianza», como parecen haber coincido la mayoría de medios y analistas políticos. «Hasta Rubalcaba sabe y demostró anoche quién es el próximo presidente», sentenció Arenas, según recoge EFE.
La número dos del PP por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría, ha declarado con ironía que si el debate de ayer «era la última bala de Rubalcaba, no llegó ni a perdigón». Según Santamaría, en el encuentro de ayer se vieron dos imágenes completamente opuestas: «El cambio, la alternativa, la posición de presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, frente a la continuidad y el fracaso constatado de las políticas socialista, que Rubalcaba no pudo defender».
Para el coordinador de Economía del mismo partido, Cristóbal Montoro, Rubalcaba solo fue un «periodista inquisidor» que «ha tirado la toalla». «Uno explicaba y otro preguntaba», enfatizó Montoro, informa Ep.
«Paquete sorpresa con muy mala pinta»
Los miembros del PSOE no han estado callados. La candidata del PSC por Barcelona, Carme Chacón, ha calificado a Rajoy como «un paquete sorpresa con muy mala pinta». «Vi lo que todo el mundo, vi un candidato, Pérez Rubalcaba, que daba respuestas y hacía propuestas, y vi otro candidato, el del PP, en que todo eran evasivas».
La ministra de Educación, Cristina Garmendia, ha reporchado hoy candidato del PP que en el debate «apostara todo a una carta», la de la recuperación del empleo, y se ha preguntado, dando por hecho su victoria, cuál es su «plan B» si esta premisa no se cumple en los meses siguientes.
Por su parte, el portavoz socialista en la Asamblea, Tomás Gómez, vio a un Rajoy «perdido en sus papeles» y preocupado por «esconder el programa oculto del PP», con medidas como «disminuir las prestaciones por desempleo y eliminar la negociación colectiva y los derechos de los trabajadores».
Fue un «no debate»
Por parte de Izquierda Unida, Cayo Lara, coordinador federal, ha manifestado que espera que el «no debate» de este lunes «movilice el voto para IU y la izquierda alternativa». Asimismo, Lara se ha mostrado sorprendido por el seguimiento que se hizo de este «cara a cara», tras confesar que pensaba que «había ido más gente a tomar la caña».
En su opinión también, el candidato de IU a la presidencia considera «fue una gran teletienda» donde Rubalcaba «trató de presidente a Rajoy» en lugar de «presentar su programa y justificar lo que ha hecho o no ha hecho».
Rubalcaba jugó a amarrar el resultado
Rubalcaba jugó a «no perder más votos»
También el presidente del Principado de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, se ha pronunciado en torno al debate electoral, al afirmar que el candidato del PSOE recurrió a una estrategia orientada a «no perder más votos», de «amarrar el resultado», mientras que Mariano Rajoy trató de «no comprometerse» en su programa para tener «las manos libres».
