No hay posibilidad de reconciliación de posturas en materia de regulación horaria del taxi, según aclaró ayer a este diario el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi (Auttacor), Miguel Ruano. Y eso significa que no será posible una negociación a varias bandas en el Ayuntamiento para acercar posturas, tal y como propuso en su día, José Molina, uno de los portavoces de la llamada Plataforma Contra la Regularización del Taxi, surgida a raíz de la decisión asamblearia de dejar la jornada laboral en 16 horas.
De hecho, la próxima semana será crucial para la solución a este problema que ha llegado a provocar un cisma entre los taxistas cordobeses, ya que si el lunes, día 12, la concejal de Movilidad y Seguridad, Ana Tamayo, prevé reunirse con esta plataforma para escuchar sus planteamientos y razones contrarias para limitar la jornada, a lo largo del resto de la semana se verá las caras con Ruano, probablemente «para darnos a conocer el posicionamiento del Consistorio sobre este tema», consideró el presidente del colectivo de los autónomos.
«Aquí no tiene cabida la propuesta de esa plataforma de dejar 16 horas para los que no tienen asalariados y de 20 horas para los que comparten el vehículo con un familiar o con cualquier otro empleado», abundó Ruano, en relación a una de las posibilidades planteadas por el principal portavoz del colectivo «disidente», Alfonso González.
«Aquí lo único válido son las 16 horas que se aprobaron en asamblea el pasado 21 de noviembre, y lo que no puede ser es que nosotros, que somos más del 70 por ciento del colectivo, ahora tengamos que negociar de igual a igual con esa minoría que no quiere acatar una decisión mayoritaria», añadió.
No obstante, Miguel Ruano aconsejó a los miembros de la plataforma de González que, en lugar de «solicitarme que vaya contra nuestros estatutos en una negociación directa con ellos, lo que me podría suponer una moción de censura», hagan ellos mismos uso de la normativa interna de la asociación y recopilen el 15% de firmas de los afiliados (75 taxistas) para solicitar una asamblea extraordinaria en la que «intenten convencer al resto de que ellos son los que tienen la razón y les hagan cambiar su sentido del voto».
Sobre la posibilidad de una negativa del Ayuntamiento a las 16 horas planteadas por la Auttacor, Ruano, en efecto, no descartó que se podrían adoptar medidas de presión, pero «siempre en una asamblea extraordinaria y no porque lo diga Miguel Ruano». En cualquier caso, el presidente de la asociación está convencido de que el nuevo gobierno local se mostrará sensible con su demanda, al igual que ya ha hecho con otros planteamientos que implicaban una mejor organización del servicio. Es el caso, por ejemplo, del cambio aprobado en noviembre pasado de letras de descanso en 36 taxis para poder conciliar la vida laboral y familiar, o la posibilidad de nuevas paradas y ampliaciones de las ya existentes, añadió Ruano.
El problema es que la decisión del Ayuntamiento tiene que darse a conocer con prisas, puesto que una regulación supone modificaciones en los 500 taxímetros en funcionamiento, «y eso habría que hacerlo aprovechando la aplicación de la nueva tarifa, que yo calculo que podría salir publicada en el BOJA en los primeros días de enero». Esa subida es del 2,9 por ciento, aunque, a efectos prácticos, supondrá que la bajada de bandera será siete céntimos más cara.