El pasado 29 de diciembre se cumplieron sesenta años de la firma en Valladolid de la escritura de constitución de la sociedad FASA (Fábrica de Automóviles Sociedad Anónima), primera factoría de coches privada de España, germen de lo que años después sería Renault-España.
Sin embargo, pocos saben que detrás de ese proyecto empresarial figuraba un lucentino: el teniente coronel Manuel Jiménez-Alfaro, ingeniero de Armamento y Construcción, un hombre adelantado a su tiempo, para muchos un visionario, que fue capaz de llegar hasta Carrero Blanco y el propio Francisco Franco para conseguir que su proyecto empresarial saliera adelante, coincidiendo con la puesta en marcha de SEAT por parte del Instituto Nacional de Industria.
Jiménez-Alfaro, como sus tres hermanos y su padre, teniente de la Guardia Civil, fue militar. Aunque recientemente se ha descubierto que nació en circunstancialmente en Sanlúcar, donde su padre estaba destinado, pasó su infancia y adolescencia en Lucena, ciudad de la que era natural la familia de su madre.
Tras varios destinos en Segovia, Toledo y Madrid, en 1951 pidió una excedencia de dos años en la carrera militar y se trasladó a Valladolid, ciudad que conocía bien, ya que allí vivía su hermano José, director de la Fábrica Nacional de Explosivos, y su madre, ya viuda. Allí decidió poner en marcha un sueño al que dedicaría veinte años de su vida. Con una licencia bajo el brazo de una fábrica francesa que más tarde sería Renault, firmada a su nombre en 1951 en Francia; una máquina de escribir; una cama y un infiernillo, Jiménez-Alfaro adquirió en 1952 una nave industrial en la que incluso vivió durante algún tiempo y se dispuso a fabricar el primer utilitario de España, el 4/4, que supuso una auténtica revolución, al poner los automóviles, hasta entonces reservados a la aristocracia, al alcance de las clases medias.
«Llegó a vivir en esas naves, porque decía que el quería estar siempre allí cuando llegaran los trabajadores», señala Carmen Rodríguez Jiménez-Alfaro, sobrina-nieta del prócer y fundadora del Club 4/4 España, constituida para conmemorar el sexagésimo aniversario de FASA.
El 18 de abril de 1953 salió el primer ejemplar del primer modelo fabricado, el 4/4. Luego vendrían muchos más. Comenta su sobrina-nieta, que «aquel coche llego de Francia por piezas, y se montó sobre unas tablas colocadas encima de unos ladrillos, que hicieron las veces de mesa de trabajo para unos empleados que nada sabían de hacer coches». Hoy ese coche ha sido declarado Bien de Interés Cultural, y se conserva en el Museo de la Ciencia de Valladolid.
Carmen Rodríguez, que en los últimos años ha hecho un ingente esfuerzo para recuperar su memoria, sólo recuerda que su casa de Lucena tenía unos blasones y estaba cerca de la iglesia, pero asegura que Jiménez-Alfaro «siempre llevó a Lucena en su corazón, hasta el punto de que a su muerte fue enterrado en Lucena, en el panteón familiar de la familia de su madre, los Alaminos»,