Córdoba CF
4
Nástic de Tarragona
2
Un Córdoba certero en ataque, que descubrió que el gol también puede llegar en acciones de estrategia y que sólo encajó en dos dianas en acciones de falta directa, venció con mucha comodidad al Nástic (4-2), con goles de Gaspar, Pepe Díaz (asistencia de Taira), Borja y Dubarbier. Fue una actuación comprometida, con una sensación general de mucha lógica en las decisiones que se tomaron desde el inicio y sin grandes fisuras.
El plantel blanquiverde consiguió tres puntos de oro para seguir metiendo presión a sus rivales directos. Alguna vez ésta tendrá efecto y fallarán Almería y/o Alcorcón. Por el momento, el Córdoba durmió, tras un partido plácido, en puestos de «play off» de ascenso a Primera División por tercer viernes consecutivo. Sólo una victoria de los rojiblancos ante el Barcelona B esta tarde les impediría finalizar la jornada en la sexta plaza.
La única mala noticia fue la lesión de Fuentes y las molestias con las que se retiró Borja. Ningún apercibido vio la quinta amarilla y, además, Jémez pudo administrar los minutos de jugadores importantes como Borja o López Garai, que tuvieron descanso en la segunda parte, ya que quedan cuatro partidos más en las próximas dos semanas: Recreativo de Huelva (miércoles, 20 horas), Girona (sábado, 18 horas), Cartagena (miércoles) y Murcia (domingo).
La diferencia entre el Córdoba CF y el Nástic fue tan obvia en el campo como en la clasificación. Fue mérito blanquiverde que un aspirante al «play off» de ascenso dejase al colista a un golpe de confirmar su descenso a Segunda B. Una brecha tan evidente como complicada de demostrar. Bastó la primera mitad para dejar las pruebas sobre el césped. El empuje y el carácter que aportaron los «nuevos» fue decisivo. Díaz y Taira, debutante en la Liga (¡en la jornada 38!) y gran novedad del equipo, fueron determinantes. El delantero puso todo el peligro en ataque de los cordobesistas y volvió a marcar. El portugués, salvo alguna perdida puntual, evidenció que ha merecido más durante la temporada. No acusó su inactividad y asistió en el segundo gol.
El Córdoba, además, ha encontrado al final del curso un nuevo camino para marcar. Las acciones a balón parado comienzan a dar réditos. Así abrió la lata. Una falta botada por Borja que Gaspar cabeceó a la red. Luego, Dubarbier marcó de falta directa.
Y todo fue fruto de volver a actuar con lógica. Paco Jémez se dejó de pruebas y cambios radicales, salvo las obligados por las bajas (Alberto García, Tena, Javi Hervás, Caballero, Quero y López Silva). El técnico volvió a utilizar uno de los sistemas más habituales, el 4-4-2, y dio la manija en el centro del campo al mejor creador que tiene en la plantilla, Taira, a falta de Hervás y Caballero. Además, la defensa, con la salvedad de Ximo por Prieto, fue la que más solvencia, seguridad, minutos y resultados ha tenido a lo largo del curso.
El Córdoba empezó presionando al rival muy arriba. Eso le dio el manejo del balón. La posesión fue descaradamente blanquiverde. Además, esta situación permitía a la defensa actuar con suma tranquilidad. Tanta, que Carlos Arias estuvo inédito en la primera mitad. Ni una ocasión de la escuadra de Jorge D'Alessandro. Todo lo contrario en los locales. Pepe Díaz avisó con un certero cabezazo que encontró una genial parada de Rubén Pérez y el larguero (m. 3). El Córdoba tenía dominio, pero le faltaba generar más peligro. Le costó crear ocasiones, pero acabaron llegando, sobre todo después de que Gaspar marcara el 1-0 (m. 24) tras cabecear una falta lateral colgada por Borja. El Córdoba empieza a sacar partido a la estrategia.
A partir de ahí, el equipo encontró más espacios. Y los que no había, los inventaron Taira y sobre todo Pepe Díaz. Los dos, muy poco utilizados este curso, se lucieron en el 2-0. El portugués hizo un cambio de ritmo brutal y demostró su calidad con un certero centro que Díaz cabeceó, esta vez sí, a la red (2-0, m. 38). Todos los jugadores se fueron a abrazar a Taira por su asistencia. ¡Cómo lo ha tenido que pasar! Pero ha llegado su momento y lo ha aprovechado.
Dosifica
D'Alessandro intentó impulsar a un equipo en coma con los cambios tras la lesión de Mingo y la decisión técnica de retirar a Rodri en el descanso. Tuni rescató una falta directa en el borde del área para sorprender a Arias por su poste y poner cierta incertidumbre en el marcador (2-1, m. 51). Sólo fue lo que pareció: un espejismo. Más miedo por el marcador que por las impresiones.
El Córdoba pisó el acelerador al ver peligrar el resultado. Entonces, Fuentes ya se había lesionado. Entró Cerra (m. 48), pero la defensa no lo acusó. Las bandas y el ataque revolucionaron el ritmo. Con más tensión, el Córdoba sentenció. Borja (con 16 goles supera datos históricos recientes en el club) cazó un balón para batir a Rubén Pérez, tras golpear el esférico en un contrario (3-1, m. 55). El madrileño, cargado muscularmente, pidió el cambio. Entró Dubarbier. Su entrada fue prodigiosa. Pepe Díaz luchó un balón dividido que acabó con falta del portero del Nástic. Se reclamó expulsión. No llegó, pero sí el cuarto. El argentino se marzó un golazo por la escuadra de falta directa para finiquitar el triunfo (4-1, m. 61).
A partir de ahí, Jémez tomó la decisión de oxigenar a López Garai a la vista de lo que se avecina. Vienen dos salidas seguidas y otros cuatro partidos más en 14 días. La afición volvió a disfrutar con la victoria y el juego. Y con casi 20 minutos de relax. Ni otra falta directa que marcó Raúl Fuster por el poste de Carlos Arias (4-2, m. 83) frenó la alegría. Ahora toca esperar los resultados de los rivales.
