Cinco años después del inicio de la crisis, la construcción sigue siendo uno de los sectores más sacudidos por la actual coyuntura económica. Grupo Amaco, empresa con sede en La Carlota surgida de la unión de varios almacenes de materiales de construcción en 1997, se ha declarado en concurso voluntario de acreedores ante su elevada deuda y las constantes pérdidas registradas en sus últimos ejercicios contables.
Según la documentación a la que ha tenido acceso ABC, este proceso, que fue solicitado por la compañía, fue aprobado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Córdoba en julio pasado. En el expediente se recoge que la firma tuvo en 2011 unas pérdidas de 3,59 millones de euros, lo que unido a un elevado pasivo y unos escasos fondos propios (833.779 euros) frente a un capital social de 4,45 millones determinan su «insolvencia actual».
Fuentes judiciales informaron de que la deuda del grupo, fundamentalmente con bancos y proveedores, asciende a unos 18 millones de euros, una cifra que deberá ser corroborada en un posterior informe que los administradores concursales deberán presentar a comienzos de noviembre. Por su parte, el gerente, Gaspar Olmedo, negó que el débito ascienda a esa cantidad, sino que el montante es menor.
El gerente afirmó que el 80% de sus proveedores siguen vendiéndoles a crédito
Fue el pasado 30 de agosto cuando finalizó el plazo para que los acreedores comunicaran oficialmente las deudas que la compañía, en la que Prasa tiene una participación de casi el 30%, mantiene con ellos. Las fuentes judiciales apuntaron que en el informe que están redactando los administradores concursales, además de la cantidad del pasivo, se establecerá una clasificación de la deuda que servirá para establecer el orden de pago.
A partir de ahí se abrirá un plazo para recoger las disconformidades que puedan esgrimirse entre los distintos acreedores. Posteriormente, se resolverán y se iniciará la fase de convenio del concurso en la que la empresa presentará una propuesta de viabilidad. Si los deudores la aceptan, la continuidad de grupo está garantizada. En ese plan se recogerá una quita de hasta el 50% del débito o un aplazamiento de hasta cinco años para su abono.
Por su parte, Olmedo aseguró que la solicitud del proceso concursal «no se debe a una situación de quiebra», sino que «el objetivo que perseguimos con esta medida, precisamente, es garantizar la viabilidad futura» de la firma. El directivo indicó que el concurso forma parte de un plan de reestructuración para adaptarse a la nueva realidad económica sacudida por la crisis, pero reconoció que en los últimos años han reducido su plantilla hasta las 33 personas cuando llegó a tener medio millar de trabajadores.
El gerente resaltó que «en estos momentos estamos ya funcionando con normalidad», como demuestra el hecho de que «el 80% de nuestros proveedores nos venden a crédito».




