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Recolección de boniatos / Agrónoma
Tubérculos

El boniato de Sanlúcar de Barrameda crece con el impulso de Mercadona

En agosto arrancará la nueva campaña en la cooperativa gaditana Frusana, la mayor productora de boniato de Europa

24 junio 2019, 07:58

Aunque es un tubérculo todavía desconocido para muchos consumidores españoles, en Sanlúcar de Barrameda el boniato (o batata) es muy popular y apreciado por sus propiedades nutritivas y por la importancia social del cultivo en términos de empleo agrario. La relación de este municipio gaditano con el boniato no es nueva, pues se remonta a los años 40. «Lo introdujeron los valencianos en la Postguerra, años de hambruna en los que el boniato fue el sustento principal de muchas familias. Mi abuelo, de hecho, sacó adelante a sus hijos gracias en parte al boniato, con el que iba contrabandeando por el Guadalquivir huyendo del control de los carabineros», relata Juan Antonio Sánchez, director comercial de la cooperativa Frusana.

Con un total de 270 agricultores, esta cooperativa sanluqueña se ha convertido actualmente en la mayor productora de boniatos de toda Europa, con una producción de 24.000 toneladas, haciendo de este producto su cultivo estrella. Así, de sus 700 hectáreas, más de 500 se dedican al desarrollo de este tubérculo de moda al ingresar en la lista de los llamados «superalimentos». Su demanda se ha disparado a nivel internacional. De hecho, alrededor del 90% de la cosecha de boniatos de Sanlúcar de Barrameda se exporta y va a mercados como Alemania, Reino Unido, Holanda, Dinamarca o Francia. Apenas el 10% restante se destina al mercado interior, donde también empieza a ser valorado como un producto fresco más.

En toda España

Detrás del creciente interés nacional por el boniato se encuentra la cadena de supermercados Mercadona, que absorbe «prácticamente la totalidad de la demanda interior», ya que «surtimos batatas de Sanlúcar a todas las tiendas de España desde hace ya cinco años», señala el director comercial.

«Hay un gran potencial de crecimiento del boniato, sobre todo porque se están dando a conocer los beneficios de este producto para la salud y se están diversificando sus usos culinarios. De hecho, empieza a ser muy demandado para alimentos infantiles», argumenta Juan Antonio Sánchez, que cifra el crecimiento del cultivo en la última década «por encima del 20% anual», aunque precisa que en las últimas campañas ha sido algo más pausado, «situándose alrededor del 10%».

Frusana es «proveedor totaler» de Mercadona, a la que además de boniatos sirve también en Andalucía calabacín blanco y pimientos veleta, éstos últimos de menor tamaño (entre 14 y 24 centímetros) que el pimiento tradicional, «por lo que son perfectos para freir en sartén sin necesidad de cortarlos previamente», señala Sánchez, que añade que se satisface así la demanda de los clientes de Mercadona.

En 2018 Mercadona compró 2.100.000 kilos de pimientos a la cooperativa sanluqueña, y 130.000 kilos de calabacín, aunque el acuerdo comercial con la primera cadena de supermercados de España para este año pasa por «crecer un 50% en calabacín blanco», asegura el director comercial de Frusana.

«La calidad que estamos haciendo para Mercadona es única en España, lo que exige a la cooperativa un esfuerzo titánico, pero nos hace ser más competitivos y nos permite seguir creciendo en el futuro». Un futuro prometedor también para los jóvenes del municipio, que gracias al respaldo comercial de Mercadona han decidido dar el salto al campo, haciendo que en la cooperativa Frusana la media de edad se sitúe «alrededor de los 37 años»

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