La cosecha de la castaña, aunque de calidad excelente, se desploma un 80% por la sequía
En el malagueño Valle del Genal se estima que la cosecha se quedará esta temporada en 800.000 kilos, mientras que en la sierra onubense la producción tampoco alcanzará este año el millón de kilos
La campaña de la castaña andaluza ya ha comenzado en el malagueño Valle del Genal, con la recolección de las variedades más tempranas, en una cosecha se ha desplomado en más de un 80 % por la falta de agua, mientras que en la otra zona productora de la Sierra de Aracena, donde también se estima una notable caída en la producción, el fruto temprano se recogerá a mediados de octubre, para continuar en noviembre con las variedades más tardías.
En el Valle del Genal, la variedad portuguesa, que madura antes y se ha visto menos afectada por la falta de lluvias, ha permitido salvar el 20% de la producción, con un fruto de alta calidad pero insuficiente para mantener una industria de la que viven alrededor de 1.500 familias en una comarca rural y con escasos recursos alternativos, según datos de la Asociación de Jóvenes Agricultores, Asaja Málaga.
La recolección, recepción y comercialización de la castaña es el principal motor de empleo de localidades como Genalguacil, Igualeja, Jubrique, Pujerra, Parauta o Cartajima. Entre las seis principales localidades productoras de castaña apenas suman unos 3.000 habitantes, lo que indica que casi la mitad de la población de la comarca está relacionada de alguna manera con este cultivo otoñal.
Una previsión «muy optimista» sitúa en 150.000 kilos la cifra que recibirá la cooperativa de segundo grado Valle del Genal, que recepciona castañas de Pujerra y Jubrique, mientras que en una buena temporada llega al millón de kilos. «Esto se debe a la escasez de precipitaciones, las elevadas temperaturas y a la plaga de la avispilla del castaño, aunque la calidad del fruto seguirá siendo excelente», explica Cati Chicón, presidenta de la cooperativa de Pujerra.
Muy poca producción
En la comarca malagueña hay 3.900 hectáreas de bosques de castaños que suelen producir en una campaña normal alrededor de 4 millones de kilos de fruto, pero esta temporada la cifra se quedará en apenas 800.00 kilos. Situación muy similar se vive en la sierra onubense donde, de las 5.000 hectáreas que había hace unos años, ya quedan menos de 4.000 en explotación por el abandono de las fincas y la producción tampoco alcanzará este año el millón de kilos.
Bajos precios y falta de reposición
Según ha señalado el presidente de la cooperativa castañera de Galaroza, en la Sierra de Aracena, Arturo Martínez, el abandono del castañar se debe a su falta de «debido a los bajos precios del fruto y a la falta de reposición de árboles», además de indicar «los elevados costes de mantenimiento que tienen que soportar los agricultores, con las labores de recolección, desbroce de las fincas y poda de ejemplares, entre otras».
Replantar con árboles resistentes
Una de las principales causas de la «crítica» situación que atraviesa el castañar onubense, es el envejecimiento de la arboleda, ha destacado Martínez, cuya edad media está entre 350 y 400 años, aunque algunos ejemplares se acercan o superan el milenio. También el cambio climático y enfermedades como la tinta, que causa la muerte del árbol, y por insectos endémicos como ‘Balaninus” y ‘Carporasa’, que hacen mermar la producción.
No obstante, el mayor problema que destaca en el castañar en cuanto a enfermedades, según explica el presidente de la cooperativa cachonera, es la «tinta del castaño»(seca), causada por el hongo ‘Phytophthora cinnamomi’, que acaba pudriendo al árbol. «Ante esta situación, sería necesario generar un plan de ayudas para replantar los castaños que se van perdiendo, con árboles resistentes a la enfermedad de la tinta».
El peligro de los robos
Otro de los problemas que acecha al sector son los robos en el campo. Ante la inminente campaña de recogida de castañas, la Plataforma Onubense para la Defensa del Castañar ha señalado que «es fundamental establecer mecanismos para mitigar o erradicar el hurto de las mismas en las fincas, uno de los problemas que agravan la producción, año tras año, y que afecta también a la seguridad y a las fincas, que reciben numerosos destrozos».
Así, desde el colectivo para la defensa de castañar onubense animan a los visitantes »a comprar el fruto en los comercios de la zona, que ofrecen variedad, calidad y autenticidad, siendo un sustento fundamental para todo el año». Del mismo modo, advierten que «si se sigue sin dar respuesta a los múltiples problemas del castañar, desaparecerá o será un mero recuerdo de otros tiempos».
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