La RAIF avisa: la mosca de la fruta sigue amenazando a cítricos
Los daños directos se deben al efecto de la picadura de puesta de la hembra sobre el fruto
La mosca mediterránea de la fruta, Ceratitis capitata, es conocida como una de las plagas más dañinas para la agricultura a escala mundial, siendo objeto de estrictas medidas cuarentenarias en numerosos países en los que aún no está oficialmente presente. Puede desarrollarse sobre más de 330 especies vegetales, demostrando una gran adaptación a un amplio rango de condiciones climáticas. Actualmente, está considerada como una plaga clave para la agricultura española, siendo los cítricos los frutales más afectados por sus poblaciones.
En Andalucía, la mosca de la fruta afecta no sólo a cítricos (tanto a especies y variedades tardías, como tempranas) sino también a las frutas dulces que maduran a finales de primavera y durante el verano. Esta situación se ha agravado, en los últimos años, por la expansión de variedades extra-tempranas de cítricos.
Situación actual
A fecha de hoy, las variedades de recolección media, como la naranja de Salustiana, ya se encuentran en envero, y por lo tanto, en riesgo de picada de la mosca de la fruta. Sin embargo, según la Red de Alerta e Información Fitosanitaria, aún se hallan por recolectar parcelas de variedades de recolección temprana, como la naranja Navelina, expuesta igualmente, desde hace semanas, a este díptero.
La Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), informa de que «a diferencia de la campaña pasada, y como atenuante, informar que la fenología de las variedades extratempranas y tempranas se está desarrollando como un año normal gracias a una óptima meteorología, acortando los plazos de recolección y por tanto el tiempo de exposición de la fruta a la mosca de la fruta».
Síntomas y daños
Los daños directos se deben al efecto de la picadura de puesta de la hembra sobre el fruto, que es una vía de entrada de hongos y bacterias que descomponen la pulpa; y a las galerías generadas por las larvas durante su alimentación. Además, todo lo señalado produce una maduración precoz y caída del fruto.
Para actuar frente a la mosca es importante conocer y detectar la plaga. El huevo de la mosca de la fruta, tal y como describe la RAIF, «es de color blanquecino, con forma ovoidea, unas cinco veces más largo que ancho». Por su parte, «la larva es ápoda y acéfala, de color blanquecino pero con tonalidades amarillentas y que puede llegar a presentar una coloración anaranjada, en función de su alimentación». La Red de Alerta describe que «el pulpario, en cuyo interior se desarrolla la pupa del insecto, tiene forma elipsoidal y coloración marrón-ocre».
Por último, la RAIF se centra en la fase adulta de la plaga. «El adulto tiene alrededor de 5 mm de longitud. La hembra es mayor que el macho. Presenta bandas de color amarillo, blanco y negro en el tórax y el abdomen. Tiene ojos grandes de color rojizo a granate, y las alas son transparentes, con manchas y bandas amarillentas características de la especie. El macho presenta, como carácter distintivo de dimorfismo sexual, un par de sedas postoculares espatuladas de color negro en la cabeza», asevera la RAIF.
Medidas de control
Para la toma de decisiones relacionadas con el control poblacional de la mosca de la fruta, la RAIF recomienda la instalación de trampas para el monitoreo de adultos y realizar muestreos de frutos semanalmente.
«Hay que tener en cuenta la fenología, capturas den trampas, presencia/ausencia de frutos picados y plazo de seguridad de las materias activas a utilizar», según advierte la RAIF en sus recomendaciones para productores de cítricos.
La Red de Alerta Fitosanitaria señala que «el control de este díptero en los frutales huéspedes que se encuentren en las inmediaciones de la parcela, y utilizar técnicas de trampeo masivo cuando se inicie el envero y durante la maduración, son medidas que contribuyen a la disminución de su población »
