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Macarena Antequera: «Coges un cariño a los niños que te hace que quieras venir»

Es voluntaria de Estrella Azahara y ha colaborado con la entidad en la Escuela de Verano que atiende a los menores en riesgo de exclusión del barrio de Las Palmeras

Macarena imagina su futuro trabajando en entornos desfavorecidos, ayudando a la integración social, que es lo que estudia en su ciclo formativo. En Estrella Azahara ha descubierto además a la infancia desprotegida, vulnerable, niños que entran por inercia en el círculo de la pobreza en uno de los barrios con menos recursos de España.

«Lo que más me gusta es cuando le das a un niño confianza o le ayudas, sientes ese cariño por parte de él. Eso te refuerza como persona porque estás ayudándole, y en este barrio, donde las cosas no son tan fáciles, se nota mucho», apunta la voluntaria de Estrella Azahara, Macarena Antequera.

La asociación para la que colabora desempeña una importante labor en esta zona marginal: un proyecto de promoción de la infancia a través de la educación y un seguimiento de la realidad de cada familia para que el cambio en el niño sea posible. «La misión que desarrolla Estrella Azahara es fomentar al niño tanto en el ámbito de la educación como en el ámbito social. Le dan mucho apoyo para que no se vengan abajo, les animan a que a evolucionen y en el ámbito social les ayudan para que sean personas de bien, que no tengan problemas o que sepan afrontarlos», explica Macarena.

La presencia de la entidad en el barrio es permanente; durante todo el año trabajan con los menores refuerzo escolar y actividades de ocio y tiempo libre para aprender hábitos de vida saludable y buenas conductas. Pero en época estival desarrollan un programa especial, la Escuela de Verano, donde hay tiempo para abrir libros, jugar juntos y hacer excursiones.

«Por la mañana hacemos una reflexión todos los voluntarios, hablamos del día que vamos a tener y después cada uno se va a su clase correspondiente. Algunos días tenemos apoyo educativo, para que refuercen, luego tenemos descanso y desayunamos, jugamos a juegos y volvemos a clase y a lo mejor algún día hacemos algún taller», relata Macarena sobre la vivencia de una jornada en esta Escuela de Verano. Han visitado la piscina, han jugado a ping-pong a incluso han entrado en las cocinas de Mc Donald's para ver cómo se prepara la comida.

«Este voluntariado me hace sentir bien conmigo misma porque estoy ayudando a otros niños que no han tenido la misma suerte que yo o que otras personas. Y ver que ellos estén con esas ganas de venir...porque están encantados. A lo mejor son un poco más rebeldes, porque son niños, pero es una de las cosas que más me gustan» reflexiona la joven..

Para esta voluntaria, lo más valioso que se lleva de la experiencia colaborando con esta entidad es la confianza de los niños, su respuesta a la entrega que hacen día a día. «Coges un cariño a los niños que te hace que quieras venir», concluye Macarena.

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