Bajo el epígrafe genérico de «El esplendor de los Omeyas
Cordobeses» se recoge una importante propuesta expositiva que apuesta por rescatar y
difundir la profunda relación cultural, artística y humana que existe entre España y el
mundo musulmán a través de la Cuenca Mediterránea. El evento, organizada por la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y que cuenta con el patrocinio de
Cajasur, reivindica la capitalidad de Córdoba durante el período de Al-Andalus
siglos VIII al XI como epicentro de este intercambio sociocultural. La
muestra, inaugurada por Sus Majestades los Reyes de España, estará abierta al público
hasta el 30 de septiembre.
Mediante la exhibición de piezas
procedentes de museos de quince países, se propone un recorrido por las artes, las
relaciones sociales y el desarrollo intelectual que se fraguó al calor de la dinastía
Omeya procedente de Damasco, y que otorgó a Córdoba la capitalidad de Occidente,
rivalizando con las grandes urbes orientales, como la propia Damasco, El Cairo o Bagdad.
El escenario elegido para el
depósito y exhibición de las cerca de trescientas piezas que articularán el repaso a la
dinastía Omeya ha sido el complejo arqueológico de Medina Azahara, ciudad palatina del
primer califa de Occidente, Abderramán III. La elección de este enclave como marco
expositivo responde al hecho de convertir a esta medina representante del lujo y la
ostentación de las construcciones civiles de Al-Andalus en la pieza más importante
de la exposición. Los responsables del proyecto apuestan por propiciar el conocimiento
global de este enclave. Por este motivo se ha establecido un recorrido predefinido por sus
distintas estancias. El recorrido por la ciudad palatina omeya tiene sus puntos
neurálgicos en la visita a dos enclaves emblemáticos, la Casa de los Visires o Dar
al-Wuzara y el Salón Rico o de Abderramán III, los dos espacios arquitectónicos que
acogen las trescientas piezas omeyas.
En el primero de los enclaves se han
articulado grandes espacios que abordan la evolución de las manifestaciones
arquitectónicas omeyas de manera cronológica. El Salón Rico acoge, en vitrinas
climatizadas, auténticas joyas artísticas de la cultura y el saber andalusí que brillan
mil años después en Medina Azahara.

El primer tramo expositivo de la Casa
de los Visires alberga elementos que aportan información sobre el califato omeya
fundacional de Siria. En esta zona se han depositado piezas de decoración arquitectónica
procedentes del Museo Nacional de Damasco, donde destaca una figura escultórica que va en
la cabecera de la nave y representa una pieza humana sin cabeza. También se ha instalado
en este pabellón los materiales de estuco de la ciudad de Raqqa, así como la escultura
de un carnero y una arquivolta decorada.
La segunda de las zonas habilitadas
en este primer centro expositivo de Medina Azahara está dedicada al «Emirato de
Al-Andalus». Capiteles, epigrafías, un friso y una pilastra ornamentada de Lisboa son
algunos de los elementos que se muestran en esta sección.
La parte denominada «Califato de
Al-Andalus» ocupa dos naves de la Casa de los Visires al tratarse de la parte que tiene
los elementos arquitectónicos y artísticos más importante de este primer espacio
expositivo. En esa zona podrán contemplarse los característicos capiteles, basas y otros
elementos de soporte arquitectónico, además de pilas, tableros e inscripciones que se
desarrollaron al calor del Califato Omeya de Córdoba. Los elementos de Medina Azahara
serán los principales atractivos de este apartado en el que se integrará el Capitel de
los Cuatro Músicos, elemento arquitectónico que refleja la evolución de la
investigación musical de la época, que cuenta con importantes nombres como el de Ziryab.
Los emblemáticos cervatillos
el que está depositado en el Museo Arqueológico de Córdoba y el procedente de
Qatar serán las piezas que presidirán el pórtico del Salón Rico, un lugar en el
que se exhibirán en vitrinas climatizadas las cerámicas, bronces, joyas, monedas, las
obras en papel, vidrio y madera más importantes del esplendor andalusí. Las obras de
arte se agruparán según los distintos conjuntos de materiales.
El Salón de Abderramán III o Salón Rico se ha dividido en tres épocas. La primera zona
de este enclave expositivo alberga motivos referentes a los Omeyas de Damasco, los
Abbasíes y el norte de África. Entre las piezas de este apartado destaca una loza dorada
abbasí y fatimí, que es una cerámica de lujo. También se mostrarán obras realizadas
en bronce, vidrio, cristal, así como el minbar de la Mezquita de Fez (Marruecos),
realizada en madera de cedro.
Una segunda parte expositiva
corresponde al Emirato y otra al Califato Omeya de Al-Andalus. Esta última será la más
rica. Entre las piezas que se pueden contemplar figura un valioso bote de marfil,
procedente de Braga o una pequeña caja que procede del Instituto de Valencia de don Juan,
así como una amplia muestra de elementos de metal de uso religioso y doméstico. Los
aguamaniles, los candiles o los candelabros protagonizan el área dedicada a las obras
realizadas en metal.
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Cerámicas características
de la época de Al-Andalus |
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Lejos de convertirse
en una mera exposición de elementos ornamentales, arquitectónicos y domésticos, «El
Esplendor de los Omeyas Cordobeses» es fiel reflejo de los rasgos artísticos de una
civilización de gran expansión geográfica, pues logra unir Córdoba con Damasco. Ello
provoca que numerosos países de África, el Magreb, el sur de Europa o el Golfo Pérsico
alberguen manifestaciones artísticas que se gestaron al calor de la dinastía Omeya.
Riqueza, variedad y originalidad son
los tres rasgos que se pueden otorgar a las manifestaciones artísticas presentes en la
muestra de Medina Azahara, reflejo del crisol de culturas del que resultan columnas,
basas, capiteles y estucos preñados de ornamentos. La caligrafía, los motivos de
estrellas entrelazadas y la decoración vegetal estilizada son algunos de los rasgos
estéticos que aparecen tanto en las estructuras arquitectónicas como en los elementos
suntuarios de lujo que se elaboran en distintos puntos de la Península
Ibérica y los países de la Cuenca Mediterránea durante el período de expansión
islámica.
Entre las artes decorativas
andalusíes merecen ser destacadas las arquetas y botes de marfil lujosamente tallados,
así como los pebeteros, ataifores, lebrillos, jarras, jofainas de cerámica vidriada, la
orfebrería de oro o los tejidos de seda bordada.
Las principales manifestaciones
arquitectónicas de este período histórico en la Península Ibérica fueron las
mezquitas, las madrazas, las murallas, las alcazabas o los palacios, estructuras que ahora
se representan en la exposición a través de los elementos que las conformaron y que se
guardan en numerosas salas museísticas europeas y de Oriente.
La muestra rescata la significación
de la Mezquita como el centro de la oración y siímbolo de la importancia de la ciudad en
la que se levanta, como sucede en Córdoba. El análisis también se realiza sobre los
palacios y alcázares de Al Andalus, centros residenciales que tienen a la propia Medina
Azahara como su más ilustre testimonio.

Capitel de Medina Azahara
Además de establecer un recorrido
gráfico por los motivos plásticos y arquitectónicos, la exposición aborda el legado
científico que los Omeyas cordobeses proyectaron en el conjunto de las poblaciones que se
integran en los territorios que conformaron Al-Andalus, que llegaron a alcanzar la zona
norte de la Península.
PRESTIGIO DEL ÁRABE
Durante el período de asentamiento
de los musulmanes se produce un importante proceso de arabización, asociado a la
importancia que tuvo la lengua en la que fue revelado el libro sagrado de la nueva
religión, el Corán. La lengua árabe, plasmada en innumerables inscripciones y textos de
papel que se muestran en Medina Azahara, se convierte en sinónimo de refinamiento y
erudición.
Al calor de este lento y progresivo
proceso de adaptación lingüística surgen importantes nombres que impulsan el saber.
Entre otros, hay que resaltar a al-Qali, Ibn al-Qutiyah y al-Zubaydi, todos ellos
pertenecientes a la época de eclosión del califato de Córdoba.
La Exposición presta especial
atención a la difusión de la sabiduría llevada a término por los emires y califas
omeyas que, como Abderramán II, Abderramán III y Alhaken II, se rodearon de sabios y
pusieron la enseñanza al alcance de la mayor parte de la población mediante la
traducción de las principales obras del saber grecolatino, tamizadas por la concepción y
erudición islámica. Algunas de estas obras se exponen en la ciudad-palacio del califa
Abderramán III.

El Salón Rico, eje de la Muestra
NOMBRES
En este marco de difusión cultural y
proyección de los saberes, la muestra rescata nombres de importantes autores, como Ibn
Zaydum, al-Ramadi o el emblemático Ibn Hazm, creador de «El collar de la paloma», obra
cumbre de la literatura de Al-Andalus y de la que se exhibe una copia procedentedel
Legatum Warnerianum, de Leiden.
Para culminar este repaso por la
ciencia y el saber, se detiene la propuesta cordobesa en el análisis de los saberes
científicos, especialmente la astrología y la medicina desarrollada por los hombres de
referencia integrados en la sociedad andalusí.
Los avances realizados en el ámbito
de la medicina queda reflejados en textos de vital importancia, como es el caso del
«Tratado de Cirugía» de Al-Zahrawi.
Arte, arquitectura, literatura,
ciencia y pensamiento se presentan como un único motivo en «El Esplendor de los Omeyas
Cordobeses», en una propuesta que trata de rescatar las relaciones culturales de España
con los países del Mediterráneo y, al tiempo, reivindicar el pasado común de buena
parte de los territorios de Occidente y Oriente.
Recorrido de la exposición
Encuentro de los países del Mediterráneo
Un paseo por Al-Andalus