La proyección del complejo
arqueológico de Medina Azahara no puede quedar ralentizada al término de la muestra «El
Esplendor de los Omeyas Cordobeses». Intelectuales consultados por ABC sostienen que la
relevancia alcanzada por la que fuera ciudad del califa Abderramán III gracias a esta
exposición ha de mantenerse a través de diferentes actuaciones como puedan ser la
creación de una sala permanente de exposiciones o la intensificación de la actividad
arqueológica. Pese a que la selección de piezas se considera acertada por la mayoría de
expertos consultados, hay quien opina que faltan manifestaciones artísticas de las
culturas cristianas y judías que se desarrollaron bajo el gobierno de la dinastía omeya
de Al Andalus.
El catedrático de Historia Medieval de la
Universidad de Córdoba Emilio Cabrera Muñoz estima que, «desde una crítica
constructiva», ha echado en falta «una mención a la convivencia entre tres religiones
que se dio bajo el Califato». Pese a que la convivencia fue complicada, durante ese
período se produjeron manifestaciones de las culturas judías y cristianas que «tienen
presencia en inscripciones epigráficas mozárabes y judías», comenta Cabrera Muñoz. No
obstante, el catedrático no duda en señalar la «brillantez» con la que se ha
presentado a la cultura andalusí en esta muestra, fundamentalmente a través de piezas de
gran interés como las colecciones de monedas o los abundantes manuscritos que se
presentaron.
El canónigo archivero de la Catedral, Manuel
Nieto Cumplido, considera que «El esplendor de los Omeyas Cordobeses» ha sido un éxito,
pero ha encontrado ciertas carencias. A su juicio, la muestra «ha sido muy dependiente de
la que se celebró en París unos meses antes y presenta una visión incompleta de la
dinastía Omeya». Nieto Cumplido considera que la muestra ha presentado poca información
y manifestaciones de la zona de dominio de los Omeyas en Damasco, Irak o Jordania. «No
hemos tenido piezas de los primeros representantes de la dinastía Omeya», asegura. Nieto
Cumplido coincide con Emilio Cabrera Muñoz en la falta de manifestaciones del resto de
culturas que se desarrollaron bajo el Califato y que se encuentran depositadas en el Museo
Arqueológico Provincial y en las epigrafías de la Mezquita-Catedral.
No obstante, el intelectual Carlos Castilla del
Pino considera que la presencia de estas manifestaciones no era necesaria en la muestra,
pues «si celebramos una exposición antológica de Romero de Torres no ha lugar a colgar
cuadros de autores contemporáneos a él». «Hay que ser prudente y no utilizar en
demasía el tema de las tres culturas, dado que su convivencia no fue un paseo plácido y
hubo también muchos problemas», apostilla el psiquiatra.
MUESTRAS PERMANENTES
Castilla del Pino comenta que «sería de desear
mantener el impulso de la exposición» para proseguir con el desarrollo de Medina
Azahara, lugar que «ha otorgado el carácter de excepcionalidad a esta propuesta».
Estima que la apuesta para el desarrollo del enclave ha de pasar por continuar con la
investigación arqueológica, trabajo que ha servido para que Medina Azahara haya
experimentado un importante progreso en los últimos años. En este aspecto, Manuel Nieto
Cumplido piensa que la muestra sobre la dinastía Omeya «ha demostrado las enormes
posibilidades que tiene el enclave cuando se le dota de vida cultural». El canónigo
archivero de la Catedral asegura que para mantener el «cultivo permanente» de Medina
Azahara sería positivo crear una sala permanente de exposiciones en la que tuvieran
cabida elementos arqueológicos relacionados con la cultura omeya y que ahora se
encuentran depositados en los almacenes del Museo Arqueológico Provincial.
Más crítico se muestra el director del Instituto
de Estudios Árabes de la Real Academia de Córdoba, Antonio Arjona Castro, que considera
que la infraestructura para recibir a los visitantes no era, de lejos, la más adecuada.
Asegura que «si no se quiere que la muestra sea
una gota en el mar se han de acelerar los trámites para levantar el Centro de Recepción
de Visitantes», cuyo proyecto fue aprobado tras concurso público hace cerca de dos
años. Ello posibilitaría, además de un acceso más acorde con la entidad del enclave,
la creación de una sala permanente de exposiciones.
No obstante, Arjona Castro considera que la
exposición ha sido «completa» y se ha desarrollado en un marco incomparable, al tiempo
que reconoce que plasma de manera sucinta un recorrido por la historia y el arte de la
dinastía Omeya.
Por su parte, el historiador José Luis Casas
considera que «El Esplendor de los Omeyas Cordobeses» se ha caracterizado por la
«calidad de sus piezas que han encontrado el respaldo y el realce de su emplazamiento en
Medina Azahara». Estima que las críticas sólo se pueden considerar «puras
anécdotas».